21.1 C
Cancún
Más
    Opinión‘Zopilotes a la vista’: Trixia Valle

    ‘Zopilotes a la vista’: Trixia Valle

    Opinión

    ¡Ay, ay, ay…! pobres maestros, en verdad! Desde la popularización del WhatsApp y sus grupos, las mamás zopilotas e incluso, algunos papás, tomaron posesión de los grupos del salón de clases de sus hijos para vivir un agudo escrutinio sobre el desempeño de los maestros, las tareas, las cuotas y los problemas entre niños e infantes.

    Si esto ya era complicado de por sí, ahora teniendo la videoconferencia de sus hijos a un lado, en algunos casos el juicio está a tope. ¿Cómo? Sí, por increíble que parezca, algunos papás y mamás zopilotes, dedican su mañana a sentarse a escuchar cada diálogo y cada concepto que se dictan en clases virtuales, incluso se ponen detrás del dispositivo para no ser vistos y ‘atrapar el error’ y así evidenciar al maestro y tener contenido de alarma para alimentar el grupo de chat.

    «Oyeeee, ¡se salió la maestra…! ¿Qué le pasa? O sea, ¿qué no los capacitaron en tecnología? ¿Cómo pueden dejar así nada más al grupo?», dice una mamá zopilota agobiada.

    Por supuesto que cuatro más, muerden el anzuelo y ahí comienzan a llover las críticas venenosas de quejas sobre los principales temas:

    1. No creo que la maestra pueda con la tecnología.
    2. No creo que los niños y niñas estén aprendiendo así.
    3. Es muchísimo pagar para nada.
    4. La escuela debe hacerlo mejor (¿qué? Quien sabe, pero algo mejor).
    5. Que sus hijos están hartos de estar en el iPad o similares.

    En general lo que manifiestan es una sensación de que no tiene ninguna importancia lo que les están explicando, que son cosas que ya todo el mundo sabe, y ¡claro! Todos los adultos lo saben porque ya lo aprendieron, pero para los niños son las bases y cada puntito y cada letra cuenta.

    Así esto se convierte en un debate interminable y desgastante porque NADIE tiene la culpa de lo que sucede y NO existe solución perfecta ante una pandemia inesperada que puso al mundo en pausa. No hay remedio mágico, no existe una solución que se compare con la maravillosa convivencia de los niños y las niñas en las escuelas, corriendo, disfrutando y compartiendo, eso todos lo sabemos, pero sería prudente que evitáramos sacar nuestras frustraciones con los maestros de nuestros hijos quienes, te prometo, hacen su mejor esfuerzo.

    Otro punto importante, es que nuestros cuervitos esponjas están ‘ojo a visor’ a ver qué decimos y de cualquier crítica se agarran para no trabajar y quejarse de estar en línea, alimentando con ello nuestras ya crecientes frustraciones.

    Por ello, ni siquiera te conviene criticar y resistir el sistema escolar en línea, pues con tus palabras de frustración sólo lograrás que tus cuervitos no quieran trabajar y eso sí que está ‘de la cachetada’.

    ¿Tú qué piensas? Te leemos, ¡te escuchamos! @trixiavalleoficial FB

    Recientes