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    ZOFO, la Start-up de Cancún

    Opinión

    Recientemente, cuando tuve la oportunidad de participar como ponente en una conferencia sobre mujeres emprendedoras y en los negocios de la Embajada de Israel, me hicieron una pregunta interesante: “¿Por qué escogiste Cancún para el establecimiento de tu empresa? Considerando que en general el ecosistema de innovación en la CDMX es débil y en Cancún inexistente”. Este tipo de preguntas tal vez sorprenderán a aquellos que no están acostumbrados a vivir en un ecosistema de innovación, pero a los que tuvimos la fortuna de hacerlo, no lo es.

    Cuando un innovador decide establecer una empresa, muchas veces busca un lugar dónde sabe que puede fácilmente cubrir sus necesidades – apoyo económico del gobierno, eventos constantes donde podrá conocer futuros cliente/inversionistas/trabajadores/contactos, espacios de co-work ya sea como decisión económica o social, proveedores de servicios que conocen profundamente las dificultades de un emprendedor y saben cómo resolverlas, cafés  con buen internet en dónde se pueda trabajar, y mucho más. Sin embargo, para algunos innovadores, es el efecto del huevo y la gallina: si vives en un lugar como el descrito arriba, es casi imposible que no decidas que esa gran idea que tienes merece hacerse realidad.

    Cuando vives en un ecosistema de innovación bien estructurado, respiras y consumes innovación. Tus amigos tienen start-ups, otros trabajan en fondos de capital que invierten en start-ups, escuchas constantemente historias de éxito (Exit o Nasdaq), vas a cursos de introducción al coding gratis por que puedes y sueñas con ser esa persona que establece una empresa que en tres años se vuelve internacionalmente un éxito. Esta es la realidad del ecosistema de innovación de Tel-Aviv, Israel.

    Así que no me sorprendió en lo absoluto la pregunta. Aquí en Cancún todo gira y siempre ha girado alrededor del turismo. La única innovación que podríamos tener, y no lo vemos, sería en temas del turismo. La ciudad nunca ha invertido en su población local – las calles y sus baches, los parques inexistentes, las pocas playas públicas, los restaurantes que surgen y desaparecen sin cesar, las obras de teatro que llegan una vez al año al teatro de Cancún, los museos dedicados únicamente a los turistas, etc. Esta ciudad no es para sus casi 1 millón de habitantes, si no, para aquellos que vienen temporalmente a gastar sus dólares.

    Esto siempre ha sido mi problema con Cancún. Desde niña anhelaba ir a musicales, obras de teatro y concierto de música clásica, caminar a mi escuela sin necesidad de usar un coche, rentar libros en una biblioteca (en mi infancia ni siquiera había un Ghandi), atender eventos gubernamentales gratuitos que promuevan la cultura, y hacer algo más que ir a la playa (o a los cenotes) en fines de semana. Seguro son la mayoría que crecieron conmigo y disfrutaron de los deportes acuáticos y el sol y la arena, pero yo no, odiaba el sol y la arena.

    Es por eso, que no les vendrá de sorpresa saber que en el momento que tuve la oportunidad me largué de Cancún con el plan de nunca volver más. Pero el Covid-19 tenía otros planes y en septiembre del 2020 regresé a Cancún y comencé a liderar la empresa de mi papá, Zofo.

    Desde el primer día de la creación de Zofo, me interesó el hecho de que es un tema innovador y social. Zofo es una empresa que cría y manufactura productos a base del insecto, Zophoba Morio. Actualmente tenemos dos productos, sal de gusano y botana de gusano. Los productos salieron al mercado en Agosto del 2019, después de 2 años de prueba y error en la granja y la cocina, de criar otros insectos y animales, y de perfeccionamiento del producto. Empezamos a vender en La Europea y la demanda explotó haciendo imposible (hasta el día de hoy) cubrir la solicitud que tenemos. 

    Sin embargo, el Covid-19 trajo consigo pánico y cierre de nuestros puntos de venta, que aunados a la falta de preparación de la empresa a la venta online, ocasionó la paralización de actividades. Se liquidó a las personas que mejor sabían cuidar de la granja, se puso en pausa la producción y se decidió esperar. Esa espera casi nos lleva a la quiebra.

    Cuando tomé las riendas de Zofo en Agosto 2020, recibí una empresa a punto de quebrar, una granja de insectos sin insectos y un historial de años de mal manejo de la dirección: toma de decisiones a corto plazo, manuales y estándares empresariales inexistentes, gastos innecesarios a la par de ahorro donde más se necesitaba invertir promesas a clientes sin pensar en el cuidado de la marca y falta de presupuestos adecuadamente establecidos.

    Dentro de todo este desorden y falta de pensamiento estratégico, algo positivo pasó – el equipo. La combinación entre un negocio diferente e innovador y falta de manuales de procedimientos y capacitaciones, llevó a los trabajadores a experimentar y aprender todo desde cero, cambiar procedimientos innecesarios y desarrollar un expertise que ni la propia dirección conocía o la cual estaba capacitada. Además, varios desarrollaron un amor y gran compromiso a la empresa que ellos mismos construyeron y mejoraron a pesar de las dificultades. Estas mismas personas fueron las que volvieron en Agosto y gracias a ellas hoy nos estamos levantando de nuevo, con una gran visión hacia el futuro.

    Seguirán preguntándose cuál fue y es mi respuesta a la pregunta ¿Por qué Cancún? Claro que aquí es donde viven mis papas y aquí es donde establecieron la empresa, pero por qué la empresa seguirá aquí es la verdadera pregunta. En mi opinión, México como país es una gran opción para desarrollar una start-up: los costos de renta, comida, diversión y entretenimiento son muy bajos a comparación de los ecosistemas de innovación como Silicon Valley y Tel-Aviv, existe mucho talento técnico que busca sobresalir y trabajar (con salarios más bajos que en el extranjero), se tiene el espacio territorial para el establecimiento de granjas/fábricas/laboratorios/etc., y se tiene un mercado de millones de personas para hacer pilots o con el cual empezar.

    Además, México es un país que inspira. Sus problemas te inspiran a resolverlos, la cultura te inspira a investigar más a fondo, sus colores te inspiran a querer ver más y aprender más. México te vuelve curioso, especialmente si vienes del extranjero, y la curiosidad es uno de los factores más importantes para la innovación y las ideas.

    Particularmente, Cancún es un paraíso para nuestros insectos. El clima tropical nos permite ahorrar en electricidad y lograr el crecimiento óptimo de nuestros gusanos. Los que vivimos aquí tal vez lo demos por hecho, pero muchas de las granjas de insectos en los países desarrollados no logran alcanzar el nivel de sustentabilidad y cuidado del medio ambiente al que llegamos nosotros. Consideren que poner una granja de insectos en Europa hace que por lo menos la mitad del año tienes que mantener el calor en las instalaciones y conseguir verdura exportada o de invernadero, aumentando los costos y la contaminación.

    También tenemos la ventaja de la industria del turismo, que además de crear conciencia internacional sobre nuestros productos, nos permite subsistir únicamente de clientes como restaurantes, hoteles y parques, ya que se tiene mucha demanda de proveedores de productos diferentes. Otro punto importante es que, a diferencia de otras ciudades pequeñas, en Cancún se puede encontrar proveedores de servicios de buen nivel como diseñadores, mercadólogos, arquitectos, ingenieros, etc. por la gran demanda en el sector turístico.

    Mi relación con Cancún no ha cambiado – no es el lugar en donde me veo a largo plazo. Pero si es el lugar que veo a largo plazo para nuestra granja y la manufactura del producto. Como nuestra empresa, creo que hay un gran potencial para que muchas más empresas innovadoras se establezcan en la ciudad y que tal vez puedan llevar a que Cancún se vuelva un mini-ecosistema de innovación, especialmente en temas relacionados con el turismo.

    ZOFO, la Start-up de Cancún

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