Se iniciaron los diálogos para la paz de Venezuela entre el gobierno de Nicolás Maduro y la coalición opositora en los que México fue anfitrión este fin de semana. En un intento más para alcanzar la paz después de 20 años de conflictos políticos y sociales que han derivado en una crisis humanitaria por la caída de la economía y la escasez de vacunas contra el Covid-19, por la que más de 8 millones de venezolanos han abandonado el país.
Ya ha habido seis intentos de diálogo internacionales que han fracasado; los últimos en 2018 en República Dominicana y el 2019 en Barbados y otro en Montevideo. La diferencia hoy es que hay un sentido de necesidad y urgencia por la crisis mencionada, lo que podría favorecer alcanzar, al menos las soluciones más urgentes. El conflicto político se agravó a causa de un supuesto fraude electoral que Maduro hizo contra el opositor Capriles en el 2014. Desde esa fecha ha perseguido y encarcelado a sus opositores políticos. Y desde entonces, Venezuela se aisló del mundo.
Por una parte, la oposición llega muy dividida, no tiene nada que ofrecer pues Maduro ha sabido aplicar el “divide y vencerás” y el cuenta con el poder del ejército. Pero por la otra parte la crisis lo está presionando como nunca.
Por ahora se firmó un memorándum de entendimiento que fijó las posturas más importantes a negociar entre las que destacan; garantía de los derechos políticos de todos; elecciones transparentes, – que el próximo mes de noviembre se celebran a nivel regional- ; que se levanten las sanciones económicas que impuso Estados Unidos y que haya reconocimiento internacional al Gobierno de Maduro. Con esto al menos disminuirían las tensiones y permitiría que fluyeran los apoyos al pueblo venezolano. En este contexto las expectativas son pobres para un arreglo de fondo, pero al menos se esperaría que se resuelva lo más urgente
Si se lograra parar el desastre regional, lo siguiente sería transitar hacia la democracia con elecciones limpias; sin embargo, la coalición del gobierno de Maduro no da muestras de permitir la alternancia; posiblemente negocien, pero únicamente para tratar de continuar en el poder hasta que las condiciones se los permitan. Esperemos que haya avances por el bien del pueblo venezolano, aunque en cuanto a las expectativas, no queda más que ser realistas. El tiempo lo dirá cuando se reinicien las pláticas el próximo 3 de septiembre en nuestro país. Me despido y los invito a seguirme en Twitter, @Cristinalcayaga.