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    Una invitación a pensar en el Cancún del futuro: Daniel Ricardo Saa Zaniefski

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    Los cancunenses hemos tenido la oportunidad de vivir y disfrutar de un lugar privilegiado. Además de sus hermosas playas, nuestro destino ofrece acceso al arrecife de coral más grande del hemisferio occidental, un ecosistema de manglares hogar de una flora y fauna abundante, así como el cobijo de La Gran Selva Maya; la segunda selva tropical más importante del continente americano. También, no debemos olvidar el patrimonio cultural que nos hereda la cultura maya que aún vive y perdura a lo largo y ancho de la región. Sin duda, los cancunenses hemos tenido la oportunidad de crecer junto a un lugar privilegiado; pero también hemos sido testigos de una degradación socio-ambiental que nos invita a pensar en el futuro que tendremos como ciudad y como destino turístico.

    Si uno observa las transformaciones que ha sufrido nuestra ciudad a lo largo de las últimas décadas, no es difícil darse cuenta de que el rumbo que se ha seguido no es sostenible y fomenta la degradación de nuestro mejor activo; nuestras playas, manglares y cenotes. Esto, nos invita a pensar en qué va a ser del Cancún del futuro si seguimos el mismo rumbo. Se nos ha vendido la idea de que la receta para un futuro próspero es el crecimiento económico generado por la construcción de más hoteles, centros comerciales y proyectos inmobiliarios de lujo. Aunque esto, sin duda, representa un importante motor económico para nuestra ciudad. La realidad es que la distribución de los beneficios generados por estos proyectos es desigual y favorece la imposición del cemento sobre nuestros activos naturales más importantes. Como ciudad, debemos pensar en soluciones que nos permitan cuidar del espacio para que este siga siendo atractivo para inversionistas y turistas que resulten atraídos por nuestros activos naturales y culturales.

    Puesto así, pensar en la sustentabilidad también es una cosa de dinero. El turista que visita Cancún hoy en día muestra cierto grado de preocupación por la situación ambiental que se vive, y la tendencia nos invita a pensar en que cada vez más turistas buscarán viajar y consumir en lugares que son amigables con su entorno socio-ambiental y con un modelo operativo que fomenta la sustentabilidad. En este sentido, se vuelve importante que tanto el sector privado como el gobierno busquen implementar modelos de desarrollo sustentables que permitan que nuestro destino siga siendo atractivo a nivel internacional. Sin ello, el atractivo del destino se irá perdiendo a la luz de la degradación de nuestro activo más importante, la belleza y la riqueza natural.

    Nuestra ciudad inevitablemente depende del turismo. La derrama económica generada por millones de turistas que visitan nuestra región año tras año representa una parte importante de la economía nacional y estatal. El turismo, al ser una actividad que entra en contacto directo con el entorno natural y con distintos actores a lo largo de la cadena de producción, tiene un enorme potencial transformador; ya sea a favor de la degradación o de la regeneración. Las empresas turísticas tienen la posibilidad de educar y concientizar a sus visitantes sobre la importancia del cuidado del medio ambiente. Asimismo, el sector turístico está directamente relacionado con otros sectores. Entonces, si las grandes corporaciones turísticas optan por obtener sus distintos insumos de otras empresas que sean sustentables y responsables en sus procesos, la sustentabilidad se fomenta a lo largo de la cadena de producción.

    Lo anteriormente expuesto nos invita a pensar en la necesidad que tiene nuestra ciudad de implementar nuevos modelos que sean sostenibles tanto para la empresa turística como para el entorno natural en el que operan. La pregunta fundamental es, ¿Cómo adaptamos el desarrollo a las condiciones naturales de nuestro destino? Esta es una invitación para pensar en las distintas formas en que podemos, como ciudad, comenzar a construir un nuevo modelo de desarrollo que permita cuidar de nuestro patrimonio natural y cultural mientras fomentamos el crecimiento de nuestro destino turístico.

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