Cancún, la ciudad que surgió de la selva hace sólo 50 años, necesita una renovación urgente. El crecimiento desmedido de la población ha rebasado la capacidad de la infraestructura y de los servicios públicos, demeritando paulatinamente la calidad de vida de sus habitantes.
La Universidad La Salle Cancún, realizó un diagnóstico de las necesidades de Infraestructura del municipio de Benito Juárez al año 2030. Analizaron 5 variables, que fueron vivienda, salud, servicios públicos, parque vehicular y servicios educativos.
Se encontró que la población sigue creciendo por encima de la media nacional pero no están llegando los recursos federales correspondientes para satisfacer sus necesidades. El estudio determinó que dentro de 8 años, se necesitarán cien mil viviendas más, por lo que el agua potable entubada deberá crecer en 31% ciento y el drenaje un 27%; esto último indispensable para eliminar el uso de fosas sépticas que ocasionan la contaminación de los ríos subterráneos que dan a la laguna y al mar.
En las vialidades, anualmente se agregan 5 mil vehículos privados, pero el transporte público solo crece el 8% anual. En servicios de salud, nos faltan 9 camas hospitalarias por habitante, mientras -si lo comparamos con Estados Unidos, porque es nuestro vecino- ahí solo faltan 3 por habitante; se requieren 500 médicos con especialidades y solo hay un doctor por cada 100,000 habitantes.
Y en cuanto a escuelas de educación básica, resulta que sí tenemos suficientes¸ pero que están mal distribuidas, muy lejos de las regiones donde se necesitan.
Así que, no es exagerado decir que no hay mañana; se requiere que los gobiernos municipal y estatal, sociedad civil, e inversionistas, realicemos acciones positivas de desarrollo sustentable; si queremos que, en diez años, Cancún no se convierta en una ciudad decadente y sin remedio.
Me despido de ustedes y les invito a seguirme en Twitter @Cristinalcayaga