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    OpiniónTras salida de Toledo, ‘ultras’ van por un ‘técnico’: Darío Celis

    Tras salida de Toledo, ‘ultras’ van por un ‘técnico’: Darío Celis

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    A dos años de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, se vive ya con mayor intensidad el golpeteo de las alas radicales y moderadas de la 4T. Ayer se dio un ejemplo claro.

    Trascendió un nuevo relevo en la batería de secretarios: Víctor Toledo deja en las próximas horas la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales y llega en su lugar María Luisa Albores.

    A su vez, al frente de la Secretaría del Bienestar que todavía hoy dirige Albores llegará Javier May, un político tabasqueño, experto en ingeniería electoral y hombre de todas confianzas de López Obrador.

    La baja de Toledo, que en Palacio Nacional están atribuyendo a ‘motivos de salud’, en realidad es el resultado de la pugna histórica que en estos primeros 730 días sostienen los ‘ultras’ contra los ‘técnicos’.

    Hoy le tocó perder a los primeros, pero no descarte que, en las próximas semanas, si no es que, en días, venga otro ajuste en el gabinete ampliado. Se habla del sector hacendario, en la banca de desarrollo.

    Se trataría de un golpe de regreso a quien los rudos consideran el enemigo a vencer dentro de la 4T: Alfonso Romo, el jefe de la Oficina de la Presidencia y Coordinador del Gabinete para el Crecimiento Económico.

    Y es que precisamente a Romo le endosan la salida de uno de los suyos, Toledo, no solo por lo ideologizado de éste, sino por la reciente disputa que tuvo con Víctor Manuel Villalobos por el glifosato.

    El Secretario de Agricultura, carta de Romo, se saltó a Toledo en cuanto a las reestriciones del uso de ese herbicida en México, abriendo más las diferencias entre ‘radicales’ y ‘moderados’ en la 4T.

    Villalobos es otro que está en la mira de los ‘rudos’, quienes tras la salida de Toledo esperan que el presidente equilibre la balanza en los próximos días y entregue la cabeza de un ‘técnico’.

    Así se las gastan a dos años de gobierno de López Obrador.

    Pues nada, que la empresa Caabsa de Luis y Mauricio Amodío celebra que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador va retomar la construcción del Tren México-Toluca. Pero lo que no saben es que los dejarán fuera. Y es que el gobierno de la CDMX, que encabeza Claudia Sheinbaum, tiene la instrucción, junto con la SCT que comanda Jorge Arganis, de relicitar el tramo que involucra la construcción de 17 kilómetros en un viaducto elevado sobre el que correrá el tren hasta Observatorio, así como obras en esa estación del Metro y la de Santa Fe. Caabsa va con Omega, de Jorge Melgarejo, los mismos que le ganaron el arbitraje internacional a la CFE por la suspensión de Chicoasén II, Chiapas.

    Ven la tempestad y no se hincan. Los Amodío no están en los afectos ni de Marcelo Ebrard ni de la misma Claudia Sheinbaum, por la cercanía que tienen con Miguel Ángel Mancera. El pasado gobierno de la CDMX fue muy generoso con Caabsa, al igual que el de Enrique Peña Nieto. Pero como si lo anterior no fuera suficiente, ahora los Amodío acaban de fichar como director de OHL en España ni más ni menos que a Tomás Ruiz. Imagínese el currículum: ex secretario de Infraestructura y de Finanzas de Javier Duarte en Veracruz, pupilo de la maestra Elba Esther Gordillo que lo hizo presidente de Nueva Alianza y director de la Lotería con Vicente Fox. Era el que se pitorreaba de la 4T en un video diciendo que no sabían ni qué botón tocar, por aquello del desastre… que llegó.

    Y ya que hablamos de pleitos, el Grupo Coral alista sendas demandas penales contra los dos ejecutivos de más alto rango del Grupo Prisa en México. Se trata de Pedro García Guillén y Francisco Cabañas. El primero es consejero delegado en Radiópolis y el segundo director general de esa cadena y que renunció ya oficialmente la semana pasada. El equipo legal de Miguel Alemán Magnani acusa a García de impedir y obstaculizar el cumplimiento de una orden judicial derivada de las medidas prearbitrales. Y a Cabañas de mentir al señalar que fue secuestrado y obligado a firmar documentos en las instalciones de la Fundación Miguel Alemán. Así que sube de tono el choque con el grupo de Javier Monzón.

    Santiago Gómez, el presidente de Granos Sinaloa, fue quien dinamitó las pláticas con sus acreedores. Sucedió cuando mantenía un conference call con un sindicato de bancos que se estaba armando para avanzar en la reestructura financiera. La empresa arrastra pasivos por alrededor de 3 mil millones de pesos con Banorte de Carlos Hank González, BBVA de Eduardo Osuna, Scotiabank de Adrián Otero, Santander de Héctor Grisi, HSBC de Jorge Arce, Monex de Héctor Lagos y ED&F Man que dirige Luke Ellis, principalmente. Se estaban poniendo de acuerdo para darle un stand-still y el industrial pidió más dinero, a lo que aquéllos se opusieron. Que se enoja y en plena conferencia los dejó hablando solos. No, bueno.

    Banobras al final no presentó oferta en la licitación del gobierno de Tamaulipas. Nos referimos a un contrato de crédito de 4 mil 600 millones de pesos, el cual se lo llevó ayer Banorte, de Carlos Hank González y dirige Marcos Ramírez. Había interés de Francisco García Cabeza de Vaca para que el banco del gobierno que lidera Jorge Mendoza entrara a la puja, pues tiraría al piso las tasas. Pero dado el duro enfrentamiento con Andrés Manuel López Obrador, Banobras se hizo a un lado. El crédito no pagará una TIIE menor a los 2 puntos. Otras instituciones que se interesaron pero que se quedaron en el camino fueron Banco Azteca de Ricardo Salinas, Afirme de Julio Villarreal y Santander de Héctor Grisi.

    Sener, la firma española que preside Jorge Sendagorta, va como caballo de hacienda en México. Y es que acaba de adjudicarse un contrato para realizar el estudio de pre-inversión para lo que será un nuevo tren suburbano en el estado de Nuevo León, que gobierna Jaime El Bronco Rodríguez. Sener ya está metidísimo en el Fonatur, que lleva Rogelio Jiménez Pons, con varios contratos para el Tren Maya. Apunte los de la ingenería básica y más recientemente la supervisión técnica de los siete tramos de ese ferrocarril. En el sexenio de Enrique Peña Nieto ganaron parte del Tren México-Toluca y la Línea 3 de Guadalajara.

    Y ayer la Secretaría de Economía, que maneja Graciela Márquez, confirmó el adelanto que le di el 4 de junio pasado: la desaparición de la Subsecretaría de Minera. La industria lamentó esa decisión que se tomó en aras de la política de austeridad. Pero sobre todo porque perdió a Francisco Quiroga, que se había convertido en un gran interlocutor. El mejor ejemplo fue su actuación en medio de la pandemia al lograr el reconocimiento de la minería como actividad esencial.

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