Bernardo Arévalo asumió la presidencia de Guatemala ocho horas después de la hora programada, en medio de tensiones y protestas ocasionadas por la dilación del Legislativo saliente en facilitar la juramentación. La toma de posesión, programada según la Constitución guatemalteca para las 16 horas del 14 de enero, se vio retrasada hasta las 22 horas debido a las maniobras en el Congreso.
El proceso se vio obstaculizado por la demora en el nombramiento de nuevas autoridades de la Cámara, responsables de concretar la juramentación presidencial en el Teatro Nacional del centro cultural Miguel Ángel Asturias. Una vez que los nuevos diputados asumieron sus cargos, se desató una disputa tumultuosa entre legisladores sobre la formación de la nueva directiva de la Cámara.
Ante este escenario, el presidente electo, Bernardo Arévalo, utilizó su cuenta oficial para recordar a los diputados su responsabilidad de respetar la voluntad popular expresada en las urnas. Denunció intentos de vulnerar la democracia mediante ilegalidades, nimiedades y abusos de poder, señalando que el pueblo guatemalteco y la comunidad internacional estaban observando.
Posteriormente, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, leyó un pronunciamiento conjunto de jefes de Estado, cancilleres y altos funcionarios de otros países presentes en la investidura. El comunicado hizo un llamado al Congreso de la República para cumplir con su mandato constitucional y entregar el poder al presidente electo, Bernardo Arévalo, y a la vicepresidenta electa, Karin Herrera.
Más de 60 delegaciones internacionales, incluyendo la de Colombia con el presidente Gustavo Petro, Chile con Gabriel Boric, y Costa Rica con Rodrigo Chaves, expresaron su respaldo a la voluntad popular manifestada en las «elecciones justas, libres y transparentes», respaldadas por observadores internacionales.
El constitucionalista y ex canciller guatemalteco, Gabriel Orellana, indicó que Arévalo estaba obligado a asumir su cargo según la Constitución y podría esperar a que el Congreso nombrara su junta directiva y nuevos diputados, o tomar posesión directamente.
Minutos después de la medianoche, el nuevo Congreso de Guatemala restituyó la bancada de diputados de Arévalo, el Movimiento Semilla, revocando la decisión previa de la legislatura anterior que los había declarado independientes. Además, se conformó la Nueva Junta Directiva 2024-2025 de la X Legislatura, allanando el camino para la transmisión del mando a Bernardo Arévalo como presidente y Karin Herrera como vicepresidenta.