La cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), además de la limitada operatividad con la que contará durante los primeros años la terminal de Santa Lucía -la alternativa propuesta- permitirá a otros aeropuertos adquirir mayor fuerza, especialmente al Aeropuerto Internacional de Cancún (AIC), que cerró 2018 con más de 26 millones de pasajeros.
Con la ampliación del Aeropuerto de Santa Lucía, se espera que aerolíneas nacionales e internacionales modifiquen su tráfico aéreo y permitan el crecimiento de otras terminales en el centro y oriente de México, además del sur.
AICM cerca del colapso
El Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México (AICM), luego de 66 años de servicio, tiene la saturación de tráfico aéreo más alarmante de América Latina, y junto con los de Buenos Aires, Bogotá, Lima, La Habana y Santiago, representa el principal desafío de la región en cuanto a capacidad, señaló la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA).
Esto se palpa en los continuos retrasos todos los días en innumerables vuelos -algunos de más de dos horas-, pero también en los provenientes de otros estados. Por ejemplo, de acuerdo a fuentes al interior del AIC, se han presentado casos de retraso de vuelos debido a la falta de pistas de aterrizaje en la terminal aérea de la CMDX; es decir, su saturación genera de forma escalonada retrasos en otras terminales de México.
Crecimiento ‘engañoso’
El tráfico de pasajeros en el AICM presentó en el primer bimestre de 2019 una desaceleración. Los datos del aeropuerto revelan que ese periodo se transportaron siete millones 470 mil personas, que representan un incremento de 3.9% respecto al mismo periodo del año pasado.
Este crecimiento es más bajo en comparación con el alza de 6.6% observado en el mismo lapso de 2018, y todavía más bajo si se compara con el aumento de 11.5% de 2017. Incluso, este aumento es el peor resultado que ha tenido el aeropuerto capitalino desde 2011, cuando por la suspensión de operaciones de Mexicana de Aviación, el tráfico aéreo cayó 2.1%.
Especialistas explicaron que entre 2015 y 2018, el flujo de pasajeros había crecido porque las líneas aéreas incorporaron en su flotilla aviones más grandes, a falta de horarios para aterrizar y despegar. Ahora el tema es que la capacidad de las aerolíneas también está
llegando a su límite.
Cancún, bonanza real
Pasar del cielo gris del centro del país, hacia el azul del Caribe Mexicano, se ha convertido en una tarea obligada para los turistas nacionales e internacionales, gracias a la conectividad aérea en Cancún que ha permitido un crecimiento sostenido desde el año 2000, y que lo llevó a la ampliación del aeropuerto con la segunda etapa de la Terminal 4. Es por eso que la terminal aérea jugará un papel preponderante para uno de los megaproyectos del gobierno federal: el Tren Maya. De hecho, el secretario federal de Turismo, Miguel Torruco, reconoció que Cancún servirá como puerta de entrada de visitantes
internacionales del tren.
Y mientras las quejas por la operatividad del aeropuerto en el centro del país aumentan, debido a numerosos retrasos de operaciones, la terminal aérea de Cancún muestra un crecimiento constante de tráfico aéreo y de rutas de nuevos destinos, especialmente en Asia. Incluso, a finales de agosto se inauguró un vuelo directo entre Cancún y Turquía, lo que abre todo un abanico de posibilidades para la
llegada de turistas de aquellas zonas. Incluso, datos proporcionados por ASUR, señalan que al día hay un promedio de 400 operaciones, con topes en temporada alta, que llegan a alcanzar casi las 600 operaciones en un día. Este ritmo de crecimiento sustentable en las operaciones ha permito que tan solo en 2018 se hayan recibido más de 25 millones de viajeros y un aumento sostenido de la conectividad aérea, que se traduce en factor clave para el desarrollo del estado.
¿Complicaciones a temer?
Cuando todo parecía marchar por buen camino para la construcción del Aeropuerto de Santa Lucía, se presentaron dos contratiempos importantes. El primero, la modificación del proyecto debido a la presencia de un cerro colindante, que no habían tomado en cuenta los desarrolladores.
A finales de mayo se dio a conocer que para evitar complicaciones por el Cerro de Paula, la Secretaría de la Defensa cambió por segunda vez el plan maestro del Aeropuerto Internacional de Santa Lucía y redujo el espacio entre dos pistas, por lo que ya no podrán ser simultáneas como estaba contemplado originalmente.
Además, el 4 de junio se dio a conocer que el colectivo #NoMasDerroches promovió la suspensión de obras, dictada por un tribunal colegiado de circuito del Estado de México, a través de 147 amparos
individuales.
En un comunicado afirma que seguirá “recurriendo a la vía legal en busca de la suspensión no sólo de la obra de Santa Lucía, sino de cualquier otro proyecto de infraestructura que conlleve la destrucción de los ecosistemas y posibles violaciones a derechos humanos”.
Por Carlos Matus