En un giro sorprendente de los acontecimientos, el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, ha acusado a Ucrania del derribo de un avión de transporte militar Il-76, desencadenando una serie de eventos diplomáticos de gran envergadura. La situación ha llevado a la solicitud urgente de una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU para abordar lo que Moscú considera un «supuesto crimen de guerra».
De acuerdo con la versión presentada por Rusia, el incidente resultó en la trágica pérdida de 65 soldados ucranianos, quienes, según las afirmaciones rusas, eran prisioneros destinados a ser intercambiados por militares rusos capturados por Kiev. Además, tres guardias rusos y seis miembros de la tripulación del avión también perdieron la vida en este supuesto ataque. Lavrov no dudó en calificar el incidente como «un ataque terrorista».
La respuesta internacional a estas acusaciones no se hizo esperar, especialmente con Francia en su papel de presidente actual del Consejo de Seguridad. La solicitud de una reunión de emergencia ha generado tensiones adicionales en un momento en que la relación entre Rusia y Ucrania ya se encuentra en una situación delicada.
Ante la pregunta de si Rusia presentará pruebas que respalden sus afirmaciones ante el Consejo de Seguridad, Lavrov no proporcionó una respuesta directa. Sin embargo, dejó claro que no le preocupa la posible controversia mediática, particularmente de los medios de comunicación occidentales, a los que calificó sistemáticamente como «sesgados» contra Rusia.
En tanto, Ucrania ha mantenido un perfil bajo, reconociendo únicamente la planificación de un intercambio de prisioneros de guerra. Hasta el momento, las autoridades ucranianas no han comentado sobre su presunta implicación en el incidente, manteniendo un silencio que solo añade incertidumbre a la situación.
La comunidad internacional ahora espera con atención los desarrollos de la reunión de emergencia en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde se buscará esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades en torno a este trágico suceso que ha aumentado las tensiones entre Rusia y Ucrania.