El otro día, un muy querido amigo y colega me hizo llegar este mensaje:
«A la detención de Juan Collado, más como pivote de la mafia del poder que como criminal consumado, se suma en este periodo el citatorio para Rosario Robles. La FGR filtra que la quiere vincular a proceso por la Estafa Maestra. Van por ella. Y reviven, vaya ironía, su denuncia contra Carlos Ahumada por extorsión. Van por él también. El presidente López Obrador balconea, no con mucha claridad, a Vicente Fox como deudor del fisco y él no niega. Collado, abogado y operador central de Carlos Salinas de Gortari, amigo de Diego Fernández de Cevallos; Ahumada, Rosario y hasta rasponcito a Fox. Todos, relacionados con los videoescándalos del 2004. Lo suyo no es la venganza, afirma el presidente».
Me dejó pensando. No tengo elementos para decir que todo esto es una maquinación desde Palacio Nacional para cobrar saldos políticos pendientes. No lo veo tan diáfano como lo ve mi amigo. Voy más allá: no lo creo. Pero no son tiempos en que haya que descartar nada, mucho menos cuando hemos visto en las conferencias mañaneras el abierto uso del poderoso aparato del Estado para la intimidación de los que sencillamente se atreven a contradecir al presidente (y eso que no son sus enemigos históricos, ni se empeñaron en impedir su victoria electoral).
Así que, dejando estas sospechas de motivaciones políticas con asterisco, debo decir que me gusta que se investigue y si hay elementos se procese, por omisión o comisión, a Rosario Robles o a quien sea que tenga responsabilidad por ese y otros grandes escándalos. Hacia arriba y hacia abajo. En estas Historias de Reportero, así como en mis espacios en televisión y radio, se denunció a la entonces secretaria Robles por muchos y diversos expedientes. Recuerdo su agresiva respuesta-amenaza cuando en este espacio le adelanté, en marzo, que estaba en la mira por lavado de dinero.
Así que trabajos periodísticos propios y ajenos la ponen, cuando menos, bajo una enorme sospecha. De ese tamaño era la impunidad del «no te preocupes, Rosario» lanzado por el entonces presidente Peña Nieto a la que desde entonces se veía como su operadora predilecta.
Y la impunidad nunca es una buena noticia. En este expediente y en cualquier otro. Con funcionarios del pasado, que hoy se pasean por el mundo como si nada, y funcionarios del presente que ya enfrentan denuncias que deben tomarse con seriedad.
¿Este proceso penal es fruto de una Fiscalía independiente que no quiere ser florero? ¿Está motivada por la necesidad política del presidente López Obrador de desviar la atención frente a los primeros malos resultados de su aún corta administración en materia de seguridad y economía? Difícil saberlo por ahora. Pero sin duda con el paso del tiempo se irá esclareciendo.
SACIAMORBOS
Mientras, el expresidente Enrique Peña Nieto festejando su cumpleaños con su pareja, en San Sebastián, España. Cenó en el famoso restaurante Arzak, considerado uno de los mejores del mundo, orgulloso portador de las codiciadas tres estrellas Michelin.