En el Mundial de fútbol en Qatar, hay un encuentro fuera de las canchas que probablemente estará dando de qué hablar durante todo el evento: Es el de la Cultura de Oriente frente a la de Occidente. Y es que, este pequeño país del Golfo Pérsico, de religión musulmana; en él existen costumbres que pueden parecernos exageradas, pero allá, son ley y transgredirlas puede castigarse con multas y hasta con cárcel.
Sitios web oficiales publican algunas prohibiciones tales como, vestirse con hombros o piernas destapadas; muestras de afecto en lugares públicos, tomar alcohol en lugares no permitidos y ¿qué creen? ¡No van a vender cerveza en los estadios! -; fotografiar o sacar videos de espacios públicos o personas sin su autorización. En este último tema, días antes hubo un conflicto en que personal de seguridad interrumpió a un reportero danés de televisión que estaba transmitiendo en vivo y las imágenes se hicieron virales. Además, al prohibirse la homosexualidad varias voces internacionales se han inconformado lo mismo que con referencia a que no se respetan los derechos de las mujeres, que es una característica del extremismo musulmán.
Hay una gran interrogante de cómo va a hacer frente Doha, la capital de Qatar para meter en cintura a un millón y medio de visitantes que pronostica la FIFA -autoridad mundial del fútbol; De estos, se prevé que ochenta mil sean mexicanos; a ver nuestros compatriotas cómo se comportan por allá. Afortunadamente la Secretaría de Relaciones Exteriores, abrió el Centro de México en Qatar para prestar ayuda consular y orientación a los paisanos que asistan a los eventos.
En contraposición, existe para los visitantes una gran oportunidad de experimentar a una cultura diametralmente opuesta a la nuestra. Tolerancia y respeto se requieren para este encuentro.
Me despido de ustedes y les invito a seguirme en Twitter @Cristinalcayaga.