El primero de diciembre de 2018 Andrés Manuel López Obrador tomó posesión como presidente de México con el apoyo de más de 32 millones de sufragios en unas elecciones que demostraron colocar a su proyecto político como el más importante de los últimos años en el país. A un año de distancia el balance de sus acciones ha llegado.
Mientras que hace un año llegó con una aprobación del 80%, actualmente ronda entre el 50 y 60%, sin embargo, se mantiene como ‘el actor predominante en la política mexicana’, señaló Duncan Wood, director del Instituto México del Centro Wilson, en Washington.
Las razones caen en las acciones simbólicas que ha realizado en los últimos meses y que golpean por completo la imagen de opulencia que rodeaba la figura presidencial, como es la de gastos austeros en diversas áreas, incluidas los de servicios personales, renunciar vivir en la mansión presidencial y convertirla en museo, vender el avión presidencial (que aún no se ha concretado), desaparecer el Estado Mayor Presidencial y reducir el 60% de su salario como mandatario.
Ofrecer conferencias de prensa todas las mañanas, con sus pros y contras, no deja de ser un ejercicio nunca antes hecho por un mandatario. Sin embargo, de acuerdo con la iniciativa periodística VerificadoMx, al menos 40% de sus declaraciones diarias sufre de severas imprecisiones o son imposibles de comprobar.
También ha lanzado grandes programas de bienestar para ayudar a los ancianos, los jóvenes y los pobres, y ha presupuestado 13 mil millones de dólares en gasto social para el año próximo, pero aún no están claro los mecanismos de transparencia que tendrán estos programas.
Son dos temas los más importantes donde ha comenzado a generar impaciencia en diversos sectores por la falta de resultados: seguridad y estabilidad económica. López Obrador no ha podido detener la espiral de violencia de la ‘guerra contra el narco’ en México, ni ha hallado una estrategia clara para someter a los brutales cárteles, algo que es calificado como un gran ‘vacío’ en su política, especialmente por la crítica acérrima que hacía a ex mandatarios por la falta de resultados en este tema.
El país parece encaminado a establecer un nuevo récord de asesinatos este año, con 28,741 hasta el 17 de noviembre. “Es muy pronto un año para que, cualquiera que fuera la estrategia, pudiera arrojar resultados inmediatos, pero no está claro cuál es la estrategia”, dijo el analista José Antonio Crespo.
Hasta ahora, solo la Guardia Nacional ha sido una realidad, pero ha nacido sin fuerza, especialmente, luego de la rebelión de elementos de la Policía Federal que se niegan a incorporarse a ella.
También actos como el huachicoleo (robo clandestino de gasolina), el incremento de feminicidios, lo ocurrido en Culiacán con el operativo fallido para capturar a uno de los hijos del Chapo Guzmán, y el asesinato de varios integrantes de la familia LeBaron, en la frontera entre Sonora y Chihuahua, han comenzado a lastrar el discurso presidencial que se enfoca en ‘abrazos, no balazos’.
En el tema económico está el hecho de que López Obrador prometió un crecimiento del PIB de 2% este año, pero en la realidad la economía está estancada. “No puede darle la vuelta porque ahí están los datos”, señaló el politólogo Luis Estrada.
Por su parte, Luis Ernesto Derbez, quien se desempeñó como secretario de Economía al inicio del sexenio de Vicente Fox, sostuvo que las políticas públicas que ha impulsado el presidente López Obrador han sido improvisadas, sin propósitos claros, ni una orientación definida, por lo que han provocado excesos y confusiones.
Dijo que la política de austeridad, una de las banderas principales de la denominada cuarta transformación, ejemplifica con claridad la incongruencia gubernamental, porque su aplicación tiene el propósito de eliminar excesos en el gasto público para destinarlo al financiamiento de actividades prioritarias en beneficio del país. Sin embargo, lo que ha provocado, es una desaceleración de la actividad productiva y, consecuentemente, un nulo crecimiento de la economía nacional. Y es en este tema donde Luis Ernesto Derbez y el analista José Antonio Crespo coinciden, en la incongruencia del combate a la corrupción, a través de la austeridad.
“Ha ajustado dramáticamente el cinturón presupuestario del gobierno que está afectando la funcionalidad y la eficacia de una buena parte del gobierno federal”, adviertió Crespo. Y aunque una de sus banderas ha sido el combate a la corrupción, lo cierto es que a través de la Unidad de Investigación Fiscal (UIF), encabezada por Santiago Nieto, se han comenzado a dar atisbos de avances importantes en el tema Pemex, la Estafa Maestra, entre otras, pero sin que haya nada concreto todavía.
En el tema bilateral, las relaciones con Estados Unidos de Norteamérica y su presidente, Donald Trump, han sido una relación de ‘amor y paz’. Logró eludir amenazadores aranceles aceptando reprimir enérgicamente la migración irregular en Centroamérica, lo que generó ‘caravanas migrantes’ que colocaron el tema de derechos humanos en el ojo del huracán en México.
Pero el potencial conflicto con su vital vecino -destino del 80% de las exportaciones mexicanas- es enorme a medida que se intensifica la campaña reeleccionista de Trump para 2020.
El primer año de AMLO ha demostrado haber sorteado diversos temas, pero también a base de posponer decisiones definitivas, situación a la cual no podrá recurrir este 2020, especialmente cuando tienen que iniciar trabajos tres de sus magnas obras: el Aeropuerto Internacional de Santa Lucía, la Refinería de Dos bocas y el Tren Maya.
Cualquier descalabro en alguno de estos proyectos, donde están poniendo ‘todos los huevos de oro’, significaría un golpe casi irrecuperable para la 4ta. Transformación.