Sucesión de hechos:
Dos semanas antes de las elecciones se vacunaba al doble de gente que dos semanas después de los comicios.
Ante ello, se redoblaron las críticas al presidente por el uso electoral que ha dado a la vacunación.
El presidente se quejó de esas críticas, dijo que eran de mala fe.
Y trató de justificar que se haya desplomado la vacunación: “Sí bajó el número de vacunados, pero es porque no hemos tenido disponibilidad suficiente de vacunas”, declaró en su conferencia mañanera de este viernes 18 de junio.
Es una mentira. Con base en los datos oficiales de la Cancillería, la Secretaría de Salud y el laboratorio gubernamental Birmex, desde el 21 de abril no ha habido un solo día en que México no haya tenido en existencia al menos 5 millones de dosis.
Peor aún: de las elecciones a la fecha, el día con menos vacunas disponibles fue el día 12 de junio, y había ¡7 millones 780 mil dosis almacenadas! El día de mayor vacunación se pusieron 1 millón de dosis, así que en la bodega el gobierno ha tenido para multiplicar esa cantidad. En la gráfica que acompaña a esta columna se puede ver claramente el diferencial entre vacunas en poder del gobierno mexicano y vacunas que aplica, para cada día, desde el 1 de mayo.
La conclusión es contundente: el gobierno ha tenido vacunas suficientes para no relajar el ritmo de vacunación. Después de las elecciones ha habido millones de vacunas en la bodega, pero el gobierno ya no tiene la prisa electoral: ya pasó el domingo 6 de junio, ya no se le puede sacar jugo político. Y por eso desplomó el ritmo de vacunación: no es que no haya vacunas disponibles, es que ya no se están apurando en aplicarlas. Nada de que “no hemos tenido disponibilidad suficiente de vacunas”. Mentira. Otra mentira. Tenemos un presidente adicto a mentir. Le han contabilizado más de 40 mil en tres años de conferencias mañaneras. Nada más que hay algunas mentiras que duelen más que otras: esta juega con la salud de la gente.
SACIAMORBOS
Cuentan en los informados pasillos del Palacio del Ayuntamiento de la Ciudad de México, que la “desaparecida” Florencia Serranía, directora del Metro, ya presentó su renuncia desde hace un par de semanas. Pero que no se la aceptaron. Dicen que ella teme que no la estén dejando ir para que tenga que poner el cuerpo para detener las balas que vayan dirigidas a Claudia Sheinbaum. Por cierto, relatan que la jefa de Gobierno está cada vez más irascible, gritándole a sus colaboradores, de pésimo humor, que varios han tomado distancia por eso. Ya ve que en la “cuatroté” andan de malas últimamente.