El ataque de Rusia a Ucrania visibilizó a un país que cuenta con 44 millones de habitantes, es de los más grandes exportadores de cereal y su industria aeroespacial es vital para Rusia.
Pero su verdadera importancia radica en su posición geopolítica, pues además de ser la única vía marítima al Mar Negro, esencial para el comercio de Rusia y su defensa naval; limita al oeste con Polonia, Eslovaquia, Hungría y Rumania, países miembros de la OTAN, -Organización del Tratado del Atlántico Norte- y al Noreste con Rusia, la cual encabeza la zona Euro-Asia.
Para el mundo occidental, este conflicto es injustificable porque nos lleva a enfrentarnos a la posibilidad de una tercera guerra mundial. La cooperación internacional la condenó y rápidamente se impusieron sanciones económicas a Rusia; pero desafortunadamente la población lo resiente más por la escasez y el alza de precios y no siempre resultan efectivas como ha sucedido con Cuba y Venezuela. Esto afectará los suministros de energéticos; les menciono estos datos, porque en el mundo global todos estamos interconectados -lo queramos o no lo queramos-.
Las conversaciones de paz avanzan muy lentamente y las partes –Rusia y Ucrania– no se ponen de acuerdo todavía. El historiador Jean Meyer considera que Putin, persigue recuperar el dominio político-económico que tenía Rusia en la época de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, la famosa URSS, para tener una posición de fuerza frente a la Unión Europea y a Estados Unidos; por ello, objeta que Ucrania sea miembro de la OTAN. El Papa Francisco se ofreció también, a mediar en las negociaciones.
Hago votos para que pronto se alcance una solución pacífica, cesen los ataques, las muertes y los desplazamientos de ucranianos hacia Polonia y otros países, a través de corredores humanitarios. Trabajar por la restauración de la paz, es prioritario.
Me despido de ustedes y les invito a seguirme en Twitter @Cristinalcayaga