Por definición, la inteligencia artificial es la inteligencia llevada a cabo por las máquinas. Por otra parte, el ser humano es considerado el animal más inteligente del planeta tierra y el universo conocido. Las máquinas fueron creadas por seres humanos para facilitarle sus labores. Ya sea para facilitar la producción, eficientizar algún proceso, o asistir al ser humano; las máquinas existen para servir al ser humano e impulsar su evolución. En cierto sentido, las máquinas son una parte inherente de la evolución humana, ya que distintos procesos dentro de la evolución de la historia de la humanidad se definen por el avance tecnológico a través de las máquinas. Si la inteligencia artificial es la inteligencia llevada a cabo por las máquinas, y los seres humanos son creadores de las máquinas, entonces la inteligencia artificial tiene un componente humano que debe ser considerado. Debido a que los seres humanos creamos, educamos y ordenamos a las máquinas, estas tienen un legado de la humanidad. De tal manera, es importante profundizar en el legado que los seres humanos dejaremos a las máquinas.
Si bien es cierto que entre los seres humanos y las máquinas existen grandes diferencias, aún sería importante explorar qué características humanas pueden tomar las máquinas a partir de la inteligencia artificial. Desde su creación, las máquinas han ido aprendiendo en un proceso similar al de la mente humana, aun así, vale la pena mencionar que las máquinas aun no desarrollan completamente la autoconciencia. Esto quiere decir la capacidad de concebirse como lo que son y reflexionar a partir de ello. La autoconciencia es un elemento inherente de los seres humanos, al concebirnos e identificarnos como lo que somos nos permitimos dimensionarnos en el plano de la realidad, y en este sentido transformarla y evolucionar.
Si bien es cierto que esta idea del ser humano como un eslabón en la evolución tiene grandes implicaciones para la visión que tenemos de la realidad determinada por la religión y el sentimiento espiritual, no podemos negar el hecho de que el ser humano probablemente algun dia evolucioné hacia algo más, y un siguiente paso dentro de dicha evolución pudiesen ser la maquinas. Las razones para considerar a las máquinas como un siguiente paso en la cadena evolutiva son principalmente dos: en primer lugar, las máquinas podrían llegar a compartir muchas de las cualidades como la inteligencia y la capacidad de comunicación que definen al ser humano. Por otra parte, las máquinas son entes artificiales que no tienen muchos de los obstáculos carnales que tienen los seres humanos, así como la capacidad de enfermar y morir. Por lo tanto, las máquinas podrían compartir uno de los atributos más fuertes de los seres humanos, mientras no sufren por muchas de las que se pudieran considerar debilidades.
En este sentido, es importante pensar hacia dónde evolucionará el ser humano. Se ha probado que las máquinas pueden ser dotadas de una conciencia humana, con la capacidad para pensar y actuar como un ser humano en específico. De tal manera, no es difícil pensar en que las conciencias de los seres humanos podrían vivir algún día a través de las máquinas, dejando a un lado muchas de las necesidades y fragilidades inherentes del ser humano.
Pensando en lo que dejaremos los seres humanos al siguiente eslabón evolutivo me parece que nuestro principal legado será la historia de las distintas polarizaciones que han caracterizado a la humanidad. La incapacidad de los seres humanos de identificarse como una especie con objetivos, sentimientos y realidades similares sin duda será una de las razones para su decadencia. Problemas que enfrentamos hoy en día como la amenaza nuclear, el cambio climático, la violencia y la guerra requieren que los humanos dejen de pelearse entre sí y busquen solventar sus diferencias y crear un futuro compartido a partir de la idea de la supervivencia de la raza humana. La lección que podrían dejar nuestras diversas polarizaciones sería importante para el legado y el accionar en un mundo habitado por máquinas.
Pienso que lo más importante que podemos legar los seres humanos a las máquinas son los valores que promulgamos como un aspecto inherente de nuestra humanidad, la capacidad de querer, de tener empatía, de colaborar y ver a través de nuestras deficiencias para superarnos son valores que sin duda empujan nuestra evolución como especie. De tal manera, podríamos pensar en un mundo utópico habitado por máquinas que actúan como seres humanos, pero como seres humanos que no entran en conflictos, reconocen la dignidad del otro y colaboran con una base más allá del interés personal.