El cambio en la cotización del dólar frente al peso tiene repercusiones tanto positivas como negativas, especialmente para los trabajadores del sector turístico. La disminución en el valor del dólar en comparación con el peso mexicano ha afectado a aquellos empleados que reciben propinas en esta moneda, lo que implica una reducción en sus ingresos. Julio Villarreal Zapata, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), reconoce que anteriormente, un dólar equivalía a 20 pesos, pero ahora se sitúa alrededor de 16 o 17 pesos.
Esta depreciación de la moneda extranjera ha generado un impacto negativo en los colaboradores que dependen de las propinas en dólares, ya que ahora reciben menos ingresos debido al tipo de cambio. A pesar de esta situación, los restaurantes afiliados a la Canirac no han aumentado los precios de sus menús para mantener la afluencia de comensales, dado que muchos de ellos también han experimentado una reducción en sus ingresos.
En promedio, los comensales gastan alrededor de 300 pesos, aunque este valor puede variar según el tipo de restaurante. Por lo tanto, es importante retener a los visitantes para seguir impulsando los ingresos de los establecimientos.
La Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) ha estado colaborando con los centros de hospedaje para minimizar el impacto del tipo de cambio entre el peso y el dólar. Han acordado que el pago a los colaboradores se realice en pesos mexicanos, evitando así la necesidad de cambiar los dólares. Si bien esto ayuda a mitigar las afectaciones, la caída del valor del dólar afecta a los destinos turísticos que reciben visitantes internacionales que pagan con esta moneda, aunque se espera que el impacto sea menor.
Se menciona que cada vez son menos los centros de hospedaje que dan propinas a sus colaboradores en dólares. Las empresas del sector turístico reportan una disminución en sus ganancias de hasta un 30% debido a los efectos del tipo de cambio y la inflación. Aquellas empresas que dependen en gran medida de los ingresos en dólares se enfrentan a un desafío importante, ya que deben presentar sus informes financieros desde el inicio del año, teniendo en cuenta las fluctuaciones del tipo de cambio y la inflación.