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    James Cameron lanza duras críticas a OceanGate y la búsqueda del Titan: «Fue una farsa prolongada», declara sin rodeos

    Opinión

    James Cameron, el famoso director de cine que ha realizado numerosas inmersiones a los restos del Titanic, declaró que desde el momento en que se enteró de la pérdida de navegabilidad y comunicación del sumergible, supo que se trataba de un evento catastrófico extremo.

    Según Cameron, no albergaba ninguna duda al respecto. No consideraba necesario realizar una búsqueda exhaustiva, ya que cuando finalmente se descendió con un vehículo operado por control remoto (ROV, por sus siglas en inglés) capaz de llegar a las profundidades, encontraron el sumergible en cuestión de horas, incluso posiblemente en minutos.

    El cineasta considera que los informes sobre las 96 horas de oxígeno disponible y los ruidos fueron una prolongada y angustiante farsa que generó falsas esperanzas en los familiares de los tripulantes.

    Según cartas presentadas en una corte federal en Norfolk, Virginia, encargada de asuntos relacionados con el naufragio del transatlántico, al menos 46 personas viajaron en el sumergible de OceanGate hasta los restos del Titanic en 2021 y 2022. Sin embargo, tanto un antiguo trabajador de la empresa como antiguos pasajeros expresaron preocupaciones sobre la seguridad del dispositivo.

    Cameron continuó criticando duramente a la compañía OceanGate, afirmando que no deberían haber llevado a cabo lo que hicieron. Reconoció que no estaba completamente informado sobre su falta de certificación, ya que no había investigado el asunto con detenimiento y no mostraba un gran interés al respecto. Incluso mencionó que se le propuso salir a bucear en esa temporada, pero él no estaba interesado.

    El director utilizó una metáfora relacionada con su profesión para describir lo que presenció durante los angustiosos días de búsqueda: «Fue como si la gente estuviera corriendo desesperadamente, agitando los brazos y con el pelo en llamas durante cuatro días seguidos». Sentía una gran empatía por lo que las familias debieron haber experimentado durante ese tiempo, y cuestionó por qué las autoridades optaron por no revelar lo que sabían.

    Cameron relató cómo vivió el proceso desde que se enteró de la noticia y afirmó que, casi desde el primer momento, estaba convencido de que el sumergible había implosionado. En poco tiempo, recibió información sobre el descenso del sumergible, su profundidad de 3,500 pies, la pérdida de comunicaciones y seguimiento. Esta última fue especialmente crítica, ya que el transpondedor utilizado para rastrear el submarino durante el descenso y en el fondo del mar era un sistema completamente autónomo, con su propia carcasa de presión y batería. La pérdida simultánea de comunicaciones y seguimiento indicaba que el submarino ya no existía. Según Cameron, no había ninguna duda al respecto.

    Además, Cameron afirmó que tuvo conocimiento del ruido submarino captado por sensores de Estados Unidos mucho antes del anuncio oficial. Tras contactar a algunas personas, obtuvo confirmación en una hora de que se había producido un fuerte golpe al mismo tiempo que se perdieron las comunicaciones del sumergible. Según él, el golpe fue detectado por hidrófonos y el submarino implosionó. Inmediatamente, envió correos electrónicos a todos sus conocidos informándoles que habían perdido a algunos amigos y que el submarino estaba destrozado en el fondo del mar. Esto lo hizo el lunes por la mañana.

    La respuesta de OceanGate

    Guillermo Söhnlein, emprendedor y cofundador de OceanGate, la empresa responsable de los viajes al Titanic con el sumergible accidentado, rechazó algunas críticas sobre la seguridad de la compañía, argumentando que quienes las realizan no tienen acceso a toda la información necesaria para opinar.

    En una entrevista con la emisora británica BBC Radio 4, Söhnlein, nacido en Argentina y ciudadano estadounidense, quien dejó la empresa hace diez años pero todavía tiene una participación minoritaria en ella, afirmó que aquellos que comentan sobre la seguridad del sumergible siniestrado, llamado Titán, no están completamente informados.

    Lamentó que las personas simplemente estén equiparando la certificación con la seguridad y están ignorando los 14 años de desarrollo del sumergible Titán. Según Söhnlein, cualquier experto que evalúe la situación, incluido James Cameron, admitirá que no estuvieron presentes durante el diseño, la ingeniería y la construcción del sumergible, ni durante el riguroso programa de pruebas al que fue sometido.

    Söhnlein consideró que lo sucedido fue una trágica pérdida para la comunidad de exploración oceánica, pero señaló que cualquiera que trabaje en el océano conoce los riesgos asociados con la operación bajo tanta presión y comprende que existe el riesgo de una implosión de ese tipo en algún momento.

    El director ejecutivo de OceanGate, Stockton Rush, declaró hace cinco años que la capacidad del Titán para explorar los restos del Titanic sería un hito revolucionario en la exploración oceánica. Durante la ceremonia de bautizo del vehículo en abril de 2018 en Everett, Washington, Rush afirmó que esta tecnología era necesaria para explorar las profundidades del océano y que sería uno de los grandes momentos en la historia de los sumergibles.

    Las imágenes de la ceremonia han llamado la atención en los últimos días, luego de que el Titán desapareciera el domingo mientras se dirigía a los restos del Titanic en una expedición. Rush se encontraba entre las cinco personas que perdieron la vida cuando el sumergible sufrió una pérdida catastrófica de presión que provocó su implosión, según informó la Guardia Costera de Estados Unidos.

    En el video de 2018, Rush afirmó que su empresa sería capaz de explorar el 98% de los océanos del planeta. Agradeció a los inversores privados que recaudaron fondos, destacando que eran la fuerza impulsora de su exploración oceánica, en lugar de depender de agencias gubernamentales.

    «Los días de financiación gubernamental han terminado», afirmó. «Realmente debe ser una empresa privada, al igual que lo fue la exploración a principios del siglo pasado, cuando las personas con recursos hicieron posible la exploración».

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