“Perdón, pero tú como diputado, y por lo que he escuchado, no sabes absolutamente nada”, aseveró el médico veterinario Arturo Dzul León en contra del diputado presidente de la Gran Comisión, Eduardo Martínez Arcila, quien entornaba los ojos con cada estocada de la reunión sostenida con representantes de diversas asociaciones civiles de cuidado y bienestar animal.
El tema central de dicha junta ha venido polarizando a la sociedad desde hace más de diez años: la prohibición de corridas de toros y peleas de gallos.
Y lo que empezó como un foro donde externaron argumentos, terminó en un acalorado debate que perdió el rumbo, sin llegar a acuerdos ni conclusiones que permitan coadyuvar con el tema de la publicación de la Ley de Bienestar Animal de Quintana Roo.
Pasadas las once de la mañana empezaron a llegar uno a uno los representantes de estas organizaciones a las oficinas de la representación del Congreso del Estado en Cancún, topándose con el plantón que sostenían toreros y galleros del norte de la entidad, algunos sin poder evitar tener un roce con los manifestantes, empujándolos y tirando sus carteles. Los taurinos no respondieron los arrebatos de los animalistas.
Una vez dentro del auditorio, en la mesa se sentaron los diputados María Yamina Rosado Ibarra, Eugenia Solís Salazar y Eduardo Martínez Arcila, y trece miembros de distintas organizaciones de la sociedad civil, entre ellos Flor Tapia Pastrana, Arturo Dzul León, Roberto Villalobos, Mónica Chavarría Soriano, Erika Flores Reynoso.
Argumentos sobre la mesa
Desde el comienzo de la reunión se dejó en evidencia el roce que existe entre los grupos animalistas, presentando un ambiente de tensión latente que perduraría hasta el final, en vez de presentarse como un frente sólido. Contraste total con la unión que se percibió entre las diferentes agrupaciones de toreros y galleros, que incluso han logrado incluir en sus manifestaciones a caleseros y palqueros.
“Yo la verdad creí que iba a ser una reunión de la RED (Red de Bienestar Animal de Quintana Roo) con ustedes, veo que hay más gente y me gustaría saber quiénes son”, indagó Mónica Chavarría de Pro Animal, a lo que el legislador Martínez Arcila se limitó a decir que ellos no invitaron a nadie, sino que ellos mismos definieron los espacios, “las reuniones son abiertas, públicas y grabadas, si ustedes creen que hay alguien de más aquí señálenlo”.
Los planteamientos y posicionamiento de cada una de las partes presentes se pusieron una a una sobre las mesas. Desde los argumentos de generación de violencia, alcoholismo, deudas, el sufrimiento y estrés que representan estos eventos en los animales, hasta la falta de formalidad en los empleos generados, los usos y costumbres de las comunidades mayas, nexos con grupos delictivos, entre otros.
‘Ley imperfecta’
Erika Flores Reynoso, del Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW), planteó la falta de sanción en el artículo 12 de esta ley, en donde sí se prohíben los espectáculos, por lo que se trataría de una ‘ley imperfecta’, ya que ni siquiera se contempla que los municipios regulen sus reglamentos para tener las penas por organizarlos.
“Sé que en unas semanas ustedes no serán el poder legislativo, y pues tendremos que volver a comenzar con el siguiente congreso”, expresó Flores, a lo que el presidente de la Gran Comisión dijo que “es algo que ustedes deben de reflexionar”.
Y ante las recurrentes respuestas del diputado Martínez Arcila, de ‘no me corresponde’, ‘no es un acto del congreso’, ‘no es facultad del congreso’, ‘yo no conozco eso’, el médico veterinario Arturo Dzul León estalló dejando en evidencia que el legislador no conoce de muchos temas importantes que giran en torno a la ley.
“¿Cuál es el afán de usted de que esta ley no se publique? ¿Por qué pone todas estas trabas? ¿Por qué cuestiona la situación en la que se encuentra esta ley? ¿Qué hace usted?”, cuestionó.
“Yo hago la ley, ya la hice, ya se aprobó, pero yo no publico, yo no hago reglamentos, no apruebo reglamentos, te debes documentar antes de venir a decirme que no sé nada de nada, sobre mis facultades te puedo hablar, sobre las de otros órganos no”, fue la respuesta del presidente de la Gran Comisión.
Iniciativa frenada
Por su parte, Flor Tapia Pastrana, reprochó al diputado que durante dos años ha estado detrás del freno de la iniciativa de Bienestar Animal, argumentando que las voces de los diputados siempre lo señalaron a él de no querer que se hiciera la ley, a pesar de que la trabajaron dentro del marco legal de las normas mexicanas, la ley de municipios, el código penal, la Constitución Mexicana, y el bando y buen gobierno.
“Es muy tendencioso e imposible el no pensar mal si durante dos años los toreros y galleros no presentaron ni un solo recurso legal que nos hiciera pensar que ellos estaban trabajando para frenar esto, a mí lo que me hace pensar es que había acuerdos previos, ellos tenían la seguridad de que esa ley no iba a pasar, el asunto es tan claro que están afuera peleando, hubo acuerdos, diputado en donde usted, se apruebe o se revoque, usted gana, y lo sabe”, expresó.
En su momento de intervención, el diputado Eduardo Martínez, quien no dejó de estar a la defensiva, señaló que la ley no es clara, ya que generaliza la prohibición y deja fuera a los eventos donde la tortura animal no existe, además de desestimar cada uno de los argumentos de los presentes, incluso dijo que Yucatán, un estado donde están permitidas las corridas de toros y las peleas de gallos, es el más seguro del país.
Sin acuerdos
En medio de los dimes y diretes terminó esta reunión sin ningún acuerdo y sin llegar a ningún lado, sino denostando las acciones de cada uno de los presentes.
Actualmente la ley se encuentra aprobada y sin publicar, ya que debe de ser revisada por el Ejecutivo, quien a su vez podrá regresar al pleno con observaciones o publicarla en el Diario Oficial de Quintana Roo, sin embargo, será hasta que inicie el periodo ordinario el 5 de septiembre, con la nueva Legislatura. Es decir, la historia se repetirá los próximos tres años.
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Jesús Faudoa