Durante el encuentro con los medios de comunicación, López Obrador fue abordado por periodistas de la fuente respecto a la filtración que se detectó en una plataforma en línea, donde se encontraron credenciales de elector de más de 300 comunicadores, entre ellos destacados nombres como Denise Dresser y Carlos Pozos.
El presidente admitió la existencia del hackeo a las redes del gobierno federal y afirmó que la oposición a su gobierno es la entidad detrás de este ataque. Anunció que se presentará un informe detallado sobre lo sucedido y que se presentará una denuncia por el hackeo.
«Actuemos con tranquilidad. ‘Que ya hackearon las computadoras de la Mañanera, ya se llevaron… Sí, fue hackeo, fue, hackeo, fue hackeo, todo aquí se aclara. Entonces se llevan los datos, gran escándalo, no pues ya…», expresó el mandatario en la conferencia.
López Obrador respondió a la pregunta sobre si este tipo de situaciones representan un riesgo para los periodistas, indicando que no lo es, ya que desde el gobierno se tiene la responsabilidad de cuidar a todos los ciudadanos, incluyendo a los profesionales de los medios de comunicación. Además, señaló que el hackeo tuvo como objetivo difundir la idea de que su gobierno persigue, censura y representa una dictadura.
En cuanto a la seguridad de la red, el presidente mencionó que los hackeos son eventos que suceden y que, en este caso, pudo haber fallado la seguridad o los responsables del ataque son altamente capacitados. También hizo referencia a la posibilidad de que la oposición, con recursos económicos significativos, haya contratado a expertos en ciberseguridad para llevar a cabo el hackeo.
Al ser cuestionado sobre si la oposición fue responsable, López Obrador respondió afirmativamente, destacando a Claudio X. González y a la red de opositores a la transformación. Además, confirmó que su administración presentará una denuncia por este incidente en contra de quienes resulten responsables.
Este episodio marca un nuevo capítulo en la tensa relación entre el gobierno actual y la oposición, dejando abiertas preguntas sobre la seguridad cibernética de las instituciones gubernamentales y el papel de la oposición en la misma.