El parlamento griego aprobó el jueves una ley que marca un hito histórico al legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo en el país, convirtiéndose en el primer país de mayoría cristiana ortodoxa en establecer el matrimonio igualitario para todos. Esta decisión, respaldada por 176 de los 300 legisladores del parlamento, representa una victoria significativa para los derechos humanos en Grecia, tras meses de intenso debate político y social.
El primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, celebró la aprobación de la ley como un avance para el país, destacando que refleja una Grecia progresista y democrática, comprometida con los valores europeos. Esta medida ha sido acogida con gran satisfacción por parte de la comunidad LGBTQ+ del país, quienes la consideran una reivindicación largamente esperada.
La ley garantiza derechos fundamentales para las parejas del mismo sexo, incluyendo el reconocimiento parental pleno y la posibilidad de adoptar. Anteriormente, bajo las uniones civiles para parejas homosexuales introducidas hace casi una década, solo los padres biológicos eran reconocidos como tutores legales de los niños en esas relaciones. Ahora, ambos padres del mismo sexo pueden ser legalmente reconocidos como padres de sus hijos.
Katerina Trimmi, miembro de la Comisión Nacional Griega de Derechos Humanos y abogada de la organización Rainbow Families, destacó que la nueva ley brindará a los padres del mismo sexo una mayor seguridad en cuanto a sus derechos parentales, aunque señaló que el proceso de adopción seguirá siendo necesario y podría simplificarse.
Controversias y desafíos
A pesar de este avance, la gestación subrogada sigue siendo un tema controvertido en Grecia, con el primer ministro Kyriakos Mitsotakis dejando claro que no es algo que esté dispuesto a abordar. Sin embargo, la nueva legislación reconoce el estatus de los hijos existentes, incluso aquellos nacidos de madres de alquiler en el extranjero.
La aprobación de esta ley no estuvo exenta de desafíos, ya que provocó la ira de la Iglesia Ortodoxa Griega y generó división en la sociedad. A pesar de las críticas y manifestaciones de grupos conservadores, el gobierno de centroderecha de Nueva Democracia logró obtener el apoyo necesario para su aprobación.
Este avance legislativo no solo representa un paso importante para los derechos humanos en Grecia, sino que también fortalece las credenciales del país en materia de derechos humanos a nivel internacional, alineándolo con otras naciones europeas que ya han legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo. Sin embargo, también existe un riesgo político, ya que podría impulsar el apoyo a partidos de ultraderecha en las próximas elecciones.
En última instancia, la aprobación de esta ley representa un triunfo para la igualdad y la justicia en Grecia, permitiendo a la comunidad LGBTQ+ vivir con mayor libertad y dignidad en un país que sigue escribiendo su historia en términos de progreso y respeto hacia todos sus ciudadanos.