En la mañana de este miércoles, hora local, un poderoso sismo de magnitud 7,4 sacudió la costa este de Taiwán, según reportes del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). Este devastador evento sísmico representa el más fuerte registrado en la isla en los últimos 25 años, de acuerdo con las autoridades taiwanesas.
El epicentro del sismo se localizó a 18,1 kilómetros al norte-noreste de la ciudad de Hualien, con una profundidad registrada de 34,8 kilómetros, según datos proporcionados por el USGS. Se han registrado múltiples réplicas en la región, incluida una de magnitud 6,5, lo que ha intensificado aún más el temor y la preocupación entre la población.
El Ministerio de Defensa de Taiwán ha informado sobre daños significativos en el condado de Hualien, con casas inclinadas y estructuras afectadas. En respuesta a esta emergencia, se han desplegado fuerzas militares para ayudar en las labores de rescate y para minimizar los daños adicionales. Las autoridades han tomado medidas preventivas, suspendiendo las actividades escolares y laborales ante la continua amenaza de réplicas.
El impacto del sismo no solo se ha sentido en términos de infraestructura y edificaciones dañadas, sino que también ha quedado documentado a través de imágenes capturadas por cámaras de seguridad y teléfonos móviles. Estas imágenes transmitidas por TVBS, afiliada de CNN, muestran la violencia con la que el sismo afectó la región, desde líneas eléctricas balanceándose peligrosamente hasta candelabros temblando en restaurantes, y agua derramándose de peceras, ilustrando la magnitud del caos y la angustia vivida.
Una de las mayores preocupaciones posteriores al sismo ha sido la aparición de olas de tsunami en las costas de Taiwán y en las islas del suroeste de Japón. Estas olas, que alcanzaron casi medio metro en Chenggong, Taiwán, aproximadamente a 100 kilómetros al sur del epicentro del sismo, generaron una alerta de tsunami por parte de las autoridades meteorológicas. La Administración Meteorológica Central de Taiwán emitió una advertencia instando a los residentes a evacuar hacia terrenos más altos, aunque no todos recibieron la alerta.
El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico también ha subrayado la amenaza de tsunami asociada con el sismo, destacando la posibilidad de que se produzcan ondas peligrosas en las costas cercanas al epicentro. Por otro lado, la Agencia Meteorológica de Japón emitió una alerta de tsunami para las islas Miyakojima y Okinawa, advirtiendo sobre la inminencia de olas de hasta 3 metros, siendo esta la primera alerta de tsunami para el área de Okinawa en 26 años.
Este sismo de magnitud 7,4 representa el más fuerte que Taiwán ha experimentado en un cuarto de siglo, desde el devastador terremoto de 1999, que cobró la vida de miles de personas. Situada en el Cinturón de Fuego del Pacífico, Taiwán está constantemente expuesta a la actividad sísmica y volcánica, lo que la convierte en una región de alto riesgo.
En medio de esta tragedia, es imperativo que las autoridades taiwanesas y la comunidad internacional coordinen esfuerzos para proporcionar ayuda humanitaria y apoyo logístico a las áreas afectadas. Además, se deben implementar medidas de preparación y prevención a largo plazo para mitigar los efectos devastadores de futuros eventos sísmicos en esta región altamente vulnerable.