Entra en cualquier tienda de atletismo local y te encontrarás frente a una pared colorida con docenas de zapatillas. No hace falta decir que encontrar el par que mejor vaya contigo no es fácil. Cualquiera que sea el que elijas, debe ajustarse correctamente, desde el talón hasta los dedos de los pies y además sentirte cómodo
Diseñado para correr
Aunque pueden parecer calzado para uso diario, contienen tecnologías y características específicas que te ayudarán a correr.

Con otros deportes, tu cuerpo se mueve de derecha a izquierda o de arriba a abajo, con arranques y paradas rápidas; sin embargo, al correr, tu pie golpea el suelo de la misma manera con cada zancada, por lo que este tipo de calzado es diseñado para prevenir lesiones que pueden producirse como consecuencia de los movimientos repetitivos, ofreciendo una amortiguación específica para reducir los impactos; además tienen un diseño particular que te impulsa hacia adelante.
Tu morfología
Al correr, tus articulaciones y músculos soportan el peso y la tensión de todo el cuerpo, por lo que es importante que, según sea tu peso, debe ser capaz de soportar más o menos golpes. Para eso, es esencial que tus zapatillas te brinden la estabilidad y amortiguación necesarios para que el impacto en tus articulaciones sea tolerable y evites posibles lesiones.
Con más de 80 kilos en hombres y 60 kilos en mujeres, debes estar especialmente atento a la amortiguación adicional, así como a la composición del calzado (espuma intermedia) que marcará la diferencia. No todas las zapatillas para correr tienen la misma anatomía, porque los pies no tienen la misma morfología.

Zancada
Es necesario tener en cuenta tu tipo de pisada al momento de escoger tu zapatilla de running. Para definirla, observa el desgaste de las suelas en tu calzado usado para ver dónde se produce el desgaste en la suela, siendo los tipos más comunes, pisada neutra, pronador o supinador.
Distancia y frecuencia de carrera
La distancia por sesión y tu perfil, te permitirán, en primer lugar, elegir las características principales: amortiguación y estabilidad para el entrenamiento, y largas distancias: dinamismo (por lo tanto, ligereza) para la competición y el entrenamiento.
Para una frecuencia de uso de una o dos sesiones por semana, para una distancia de menos de 10 kilómetros, elige entre los modelos básicos. Si realizas más de dos sesiones por semana y realizas competiciones, los modelos más técnicos marcarán la diferencia.
La superficie de práctica
- Para una práctica en tierra dura, la zapatilla tiene que contar con una buena amortiguación que absorba los golpes. Haremos hincapié en la resistencia de la zapatilla, que se desgastará más rápido en este tipo de superficie.
- Para una práctica en terreno blando, como un camino, es necesario estar con el pie bien firme y asegurando.
- Para practicar en senderos naturales y terrenos más o menos accidentados, es importante el agarre de la zapatilla en el suelo, por tanto, es necesario estar atento a la suela del calzado para mejorar el agarre en el suelo. La fuerza y su grado de protección serán determinantes.
Talla
Cada marca de calzado para correr tiene un tamaño diferente. En general, se recomienda agregar de un número a número y medio sobre su talla habitual en zapatos clásicos. Mide tu pie y consulta la guía de tallas de la marca correspondiente en el modelo deseado.
¿Cuándo renovarlas?
La distancia recorrida, el área de superficie y su tipo de zancada son factores que influyen en la frecuencia de renovación. En general, se recomienda cambiar las zapatillas para correr cada 700 a 800 kilómetros para los modelos menos robustos. Para los más ligeros, se opta por una renovación después de 500 kilómetros aproximadamente.
Algunos signos que pueden indicarte que es hora de cambiar:
- La suela está desgastada y revela la entresuela blanca.
- La entresuela es demasiado suave y se pliega fácilmente cuando se presiona. Puede ver arrugas a lo largo de la entresuela.
- El contrafuerte comienza a moverse y el pie no queda sujeto.
- Tus dedos se cruzan en la punta de la zapatilla.
- La suela de una zapatilla se desgasta más rápido que la otra.
- Un zapatilla o ambas, ya no están rectas cuando se colocan en una superficie plana.