A pocas horas de la implementación de una nueva regulación migratoria por parte del Gobierno de Estados Unidos, que impedirá solicitar asilo a quienes crucen ilegalmente, se observa un aumento significativo de miles de personas, principalmente de Centroamérica, Sudamérica, México y otros países distantes como Ucrania, que se aglomeran en la franja fronteriza del lado mexicano en un intento desesperado por ingresar al país vecino antes de que entren en vigor leyes más restrictivas.
Mientras tanto, el Gobierno de Estados Unidos ha desplegado a 24 mil agentes a lo largo de la frontera en un esfuerzo por evitar los cruces de migrantes, y ha ordenado el envío de mil 500 soldados adicionales en servicio activo para apoyar a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés), intensificando las detenciones.
Brandon Judd, presidente de un sindicato de agentes de la Patrulla Fronteriza, informó que durante esta semana se han detenido a más de 10 mil migrantes diariamente, superando las expectativas de las autoridades estadounidenses debido al fin del Título 42 a la medianoche.
El Título 42 fue implementado en marzo de 2020 al inicio de la pandemia de Covid-19 y permitió a Estados Unidos expulsar a los migrantes en la frontera con el fin de evitar la propagación del coronavirus. Durante poco más de tres años de su implementación, se llevaron a cabo 2.8 millones de «expulsiones exprés» hacia la franja fronteriza con México, sin consecuencias legales para los migrantes.
A partir de la medianoche de mañana, se restablecerá el Título 8, como antes de la pandemia, y se reanudarán las deportaciones de migrantes indocumentados a sus países de origen. El Título 8 establece consecuencias penales y prohíbe el ingreso a Estados Unidos durante 5 años para aquellos que violen sus disposiciones.
El fin del Título 42 ha generado una gran aglomeración humana en diferentes ciudades fronterizas debido a la idea errónea de muchos migrantes de que se levantarán las restricciones para cruzar. Ciudades como Matamoros y Reynosa reportan una saturación de albergues con más de 8 mil y 16 mil migrantes en sus calles, respectivamente, mientras que ambos municipios tamaulipecos se quejan por la falta de apoyo federal para abordar el problema.
En Washington, el Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, afirmó: «Estamos dejando muy claro que nuestra frontera no está abierta, que cruzar irregularmente es contra la ley y que aquellos que no sean elegibles para la ayuda (asilo) serán devueltos rápidamente».
Expertos consideran que esta decisión del Gobierno estadounidense generará una mayor presión en las ciudades fronterizas mexicanas y representará un desafío mayor para el país.