Según una reciente publicación del Wall Street Journal (WSJ), Estados Unidos está solicitando a sus contrapartes manufactureras en Taiwán que trasladen sus operaciones de producción de hardware de inteligencia artificial (IA) hacia México. Esta estrategia tiene como objetivo principal reducir la dependencia de China en un sector tan crítico como es el de la IA.
Aprovechando las disposiciones del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), en vigor desde 2020, empresas taiwanesas como Foxconn, líder mundial en fabricación de electrónicos por contrato, están respondiendo a este llamado incrementando sus inversiones en México. Este movimiento se enmarca en el fenómeno conocido como nearshoring, donde las empresas buscan reubicar sus operaciones desde China hacia países más cercanos a sus principales mercados.
James Huang, presidente del Consejo de Desarrollo del Comercio Exterior de Taiwán, ha destacado que Norteamérica busca reducir su dependencia de las importaciones asiáticas y posicionar a México como un centro manufacturero clave dentro del bloque comercial. En línea con este objetivo, Foxconn anunció recientemente una inversión de 27 millones de dólares en Jalisco, México, marcando una expansión significativa en la fabricación de servidores de IA. Desde hace cuatro años, la firma ha invertido aproximadamente 690 millones de dólares en México, con instalaciones que ya producen servidores para gigantes tecnológicos estadounidenses como Amazon, Google, Microsoft y NVIDIA, aunque estas compañías han mantenido discreción sobre su relación con las fábricas mexicanas de Foxconn.
Sin embargo, la decisión de trasladar la producción de hardware de IA a México no está exenta de desafíos. Se enfrentan cuestiones de seguridad, suministro limitado de recursos básicos y competencia por talento técnico especializado. A pesar de ello, la presencia creciente de empresas taiwanesas en México promete reconfigurar la estructura industrial del país en la próxima década, según Francisco Cervantes, líder de la mayor organización del sector privado en México.
El hardware de IA, compuesto por servidores potentes, sistemas de almacenamiento y otros componentes especializados, es vital para el funcionamiento de aplicaciones avanzadas de IA. Estados Unidos, consciente de la concentración de la manufactura de smartphones en China, busca diversificar sus cadenas de suministro para evitar dependencias similares en el ámbito de la IA. Por su parte, México enfrenta desafíos propios como sede de producción, desde cuestiones de seguridad hasta limitaciones de infraestructura y laborales.
A pesar de estos desafíos, empresas como Inventec, fabricante de servidores de IA, están ampliando su presencia en México, atraídas por la tecnología avanzada y las capacidades de producción del país. La prohibición de Estados Unidos a la exportación de chips avanzados de IA hacia China ha impulsado a fabricantes de servidores como Dell y Hewlett Packard Enterprise a buscar trasladar parte de su producción al sudeste asiático y México.
México está emergiendo como un actor clave en la manufactura avanzada, beneficiándose de su red de tratados de libre comercio y del aumento de la tensión comercial entre Estados Unidos y China. El país ha atraído a fabricantes de diversas industrias y ahora se posiciona para desempeñar un papel similar en la producción de semiconductores y hardware de IA.
El comercio bilateral entre Taiwán y México superó los 15 mil millones de dólares el año pasado, evidenciando la profundidad de las relaciones comerciales y de inversión entre ambos países. Con cerca de 300 empresas taiwanesas empleando a 70,000 personas en México, la influencia de Taiwán en la industria manufacturera mexicana es notable, particularmente en regiones cercanas a Texas, donde se concentran importantes centros de producción.