La final femenina de baloncesto en los Juegos Olímpicos de París 2024 será recordada como uno de los encuentros más intensos y emocionantes en la historia del olimpismo. Lo que parecía ser una victoria predecible para Estados Unidos se convirtió en un duelo lleno de suspense y emoción, culminando en un ajustado 66-67 a favor del equipo norteamericano frente a Francia. Este resultado no solo otorgó a Estados Unidos su octavo oro olímpico consecutivo en baloncesto femenino, sino que también les permitió igualar a China en el medallero con 40 oros y superarla en el número de platas, asegurando así el primer puesto.
El encuentro final, que por primera vez cerraba los Juegos con una competición femenina, simbolizó la esencia del espíritu olímpico: la incertidumbre del resultado y la incansable lucha entre atletas y naciones hasta el último segundo. En una final donde cada punto contaba, Francia presentó una férrea oposición, poniendo a prueba la invencibilidad del equipo estadounidense.
Estados Unidos ha mantenido una racha inigualable en los Juegos Olímpicos desde Atlanta 1996, acumulando 61 victorias consecutivas. Esta impresionante trayectoria, que comenzó después de una derrota en las semifinales de Barcelona 1992, ha visto a las baloncestistas estadounidenses dominar la competición, dejando siempre con el oro en sus manos. Sin embargo, en París, la victoria fue más ajustada que nunca, evidenciando la creciente competencia a nivel internacional.
Francia, liderada por Marine Fauthoux, estuvo a punto de romper la racha histórica de Estados Unidos. Un triple de Fauthoux al cierre del segundo cuarto llevó el marcador a un empate 25-25, el primer partido en que Estados Unidos no lideraba al medio tiempo. A pesar de un inicio dominante por parte de Francia en el tercer cuarto, con una ventaja de 10 puntos, Estados Unidos respondió con una defensa implacable y un esfuerzo colectivo que les permitió recuperar el liderazgo.
Tremenda barbaridad de Marine Fauthoux pic.twitter.com/JOwfRlfliP
— Anaïs López (@anaislopez23) August 11, 2024
El encuentro fue tan reñido que se decidió por apenas unos centímetros en los últimos segundos. Gabby Williams anotó para Francia, pero su pie tocó la línea de triple, dejando a su equipo a un punto de empatar y a Estados Unidos con el oro en sus manos.
Este oro no solo fue un triunfo para el equipo actual, sino también un legado para futuras generaciones. Jugadoras legendarias como Diana Taurasi, quien se despidió de los Juegos a los 42 años con seis oros en su haber, dejaron su huella. Al mismo tiempo, el futuro del baloncesto femenino estadounidense se vislumbra prometedor con estrellas emergentes como Caitlin Clark, quien, aunque no estuvo en París, se perfila como la próxima gran figura del deporte.
La victoria de Estados Unidos en París reafirma su posición como potencia dominante en el baloncesto femenino, aunque por muy poco. El mundo espera con ansias ver si podrán extender su dominio en los Juegos de Los Ángeles 2028.