Con el lema “Tenemos alas” se realizó la ceremonia inaugural de los décimosextos Juegos Paralímpicos de Tokio en los cuales participarán 4 mil 400 atletas en representación de 98 países del mundo.
La ceremonia en el estadio Olímpico inició con la presentación e izamiento de la bandera de Japón y culminó con el encendido del pebetero, para dar paso a 13 días de competencias que finalizarán el cinco de septiembre.
Seguidamente se presentaron diversos cuadros enfocados en la máquina del tiempo que los llevo 57 años después de 1964 para ser nuevamente la sede de 22 deportes en los cuales debutan las disciplinas de bádminton y taekwondo, marcando la salida de vela y fútbol 7. Japón es el primer país en ser sede de dos ediciones de los Juegos Paralímpicos.
‘Solidaridad y Paz’
El inicio del desfile inaugural de los países en competencia fue cargo del equipo de Islandia, teniendo un momento muy especial cuando llegó el turno de Afganistán, su bandera fue presentada como símbolo “solidaridad y paz”, los atletas afganos no competirán por la crisis por la cual atraviesa su país.
México encabezados por los abanderados Amalia Pérez y Diego López, fue una de las delegaciones más numerosas durante el desfile, el cual finalizó con la presencia del equipo de refugiados y japón como equipo anfitrión, para dar paso a la presentación de la bandera paralímpica.
Luego de la presentación de diversos cuadros musicales cargados de una historia de motivación de superación y esperanza con el mensaje “no importa de qué manera sople el viento en la vida su poder se puede aprovechar para avanzar”.
El mensaje del Andrew Parsons, presidente del comité paralímpico ante el emperador japonés Nahurito fue “ustedes son los mejores de la humanidad, y los unidos que pueden decir que y quienes son”.
Finalmente llegó el momento culminante y largamente esperado por casi dos años después de la fecha oficial, con la llegada de la antorcha al estadio para culminar con el encendido del pebetero paralímpico a cargo de tres jóvenes; Kamiji Yui, Uchida Shunsuke y Morisaki Karin, en representación de la nueva generación de atletas paralímpicos del mundo.
A partir de este momento durante 13 días el pebetero paralímpico desde Tokio iluminará al mundo y lo llenará de esperanza, porque nada es imposible.