“Es un ataque político cobarde y sin fundamentos contra mí y mi familia», dijo Emilio Lozoya, exdirector de Pemex, sobre las acusaciones en su contra.
El funcionario respondió por primera vez a la prensa, desde que las autoridades giraron dos órdenes de aprehensión en su contra el 28 de mayo y el 4 de julio pasados.
El exfuncionario, buscado a escala global por la Interpol, contestó a través de su abogado Javier Coello un cuestionario que le hicieron llegar del diario alemán Süddeutsche Zeitung y el medio suizo Tamedia.
Aseguró que «en ningún momento como funcionario público ni yo ni mi familia recibimos dinero alguno de empresas o personas, de tal forma niego cualquier acusación de corrupción”.
Asimismo, manifestó que la caída de más de 30% en la producción de gas en el país se debe a sus sucesores y la actual administración, y que culparlo a él es absurdo.
Sobre la detención de su madre, Gilda Austin, en Alemania, acusada de blanqueamiento de dinero, expresó que «¿qué clase de delito es ese?», el que su mamá recibiera dinero de él antes de que fuera funcionario público.
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También negó la confesión de los tres altos funcionarios de la empresa Odebrecht que lo señalaron que lo sobornaron entre 2012 y 21014 con 10.5 millones de dólares, utilizando empresas offshore con cuentas bancarias en paraísos fiscales, para que los ayudara a consolidarse en México y ganar contratos con Pemex.
Compra de inmuebles, ¿legales?
Aseguró que la casa que compró en noviembre de 2012 en la Ciudad de México, por 2.58 millones de francos suizos a través de la empresa offshore Tochos Holding, no es producto de dichos sobornos, porque la compró cuando aún no era funcionario público.
“Todo el dinero que se usó para la compra de dicho inmueble es producto de actividad empresarial de años de trabajo antes de ser funcionario público”, respondió.
Lo anterior lo reiteró al hablar de la residencia que, en agosto de 2013, compró su esposa Marielle Eckes, en la costa pacífico de México a través de un abogado que trabajaba para Altos Hornos.
“Todos los recursos utilizados de dicha compra fueron producto de dinero que se tenía, tanto mi esposa como yo antes de que fuera funcionario. El abogado que asesoró la transacción es un abogado con cientos de clientes que lleva un despacho privado; que haya asesorado otras empresas o individuos lo desconozco, pero dicho despacho tiene más de una década ayudando a mi familia con su consejería jurídica”, dijo.