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    “En poco tiempo las aerolíneas cobrarán hasta por usar el baño”

    Opinión

    Germán Efromovich, antiguo propietario de Avianca y actual director de la aerolínea Aeroitalia, ha sostenido durante mucho tiempo que el concepto de «bajo costo» en las aerolíneas es erróneo. Según él, los precios de los boletos no han disminuido, sino que se ha reducido el nivel de servicio, y ahora se cobra por todo, incluso llegando al extremo de predecir que en el futuro las aerolíneas podrían cobrar incluso por el uso del baño.

    Al referirse al modelo de bajo costo en Latinoamérica, Efromovich ha afirmado repetidamente que «no existe tal cosa como un modelo de bajo costo». Argumenta que los precios de los boletos no han bajado realmente, sino que simplemente se ha reducido el nivel de servicio y se ha aumentado la incomodidad en los aviones. Según sus palabras citadas por Lado, lo que se observa son asientos más estrechos y mayor densidad de pasajeros al mismo precio.

    Asimismo, el empresario sostiene que el modelo de bajo costo solo funciona en lugares como Europa, no porque las aerolíneas tengan costos más bajos o porque eliminen servicios como la Coca-Cola y los sándwiches. Según Efromovich, la ventaja de aerolíneas como EasyJet o Ryanair se debe a que operan en aeropuertos como el de Luton en Londres, donde reciben millones de dólares como incentivo.

    Efromovich explica que estas aerolíneas reciben grandes sumas de dinero de los aeropuertos para operar allí, mientras que otras aerolíneas tienen que pagar por el privilegio de operar en el mismo aeropuerto. Aunque aparentemente gastan menos, el empresario considera que incluso esto es ficticio, ya que estas aerolíneas de bajo costo han comenzado a cobrar por el equipaje y otros servicios adicionales. Según su perspectiva, es solo cuestión de tiempo antes de que también comiencen a cobrar por el uso del baño.

    Efromovich también señala que, con todas estas tarifas adicionales, el costo final de un boleto de bajo costo termina siendo igual o incluso mayor que el de otras aerolíneas. Argumenta que la diferencia es tan mínima que, en la actualidad, las aerolíneas tradicionales también cobran por servicios como la selección de asientos o el equipaje adicional. En consecuencia, considera que el modelo de bajo costo se ha vuelto casi indistinguible de otras aerolíneas, y solo marca una diferencia si se desea operar en un aeropuerto diferente. Sin embargo, si ese aeropuerto alternativo está alejado del centro de la ciudad a la que se viaja, a menos que se opte por caminar o tomar un autobús, se terminará pagando la diferencia en el precio del boleto al tomar un taxi, según explicó Efromovich.

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