Año 1967. Taormina, Sicilia. Dos de las estrellas más deslumbrantes de Hollywood, Elizabeth Taylor y Richard Burton, desembarcaron en el Festival de Cine de la isla para recibir el prestigioso premio David di Donatello a Mejores Actores Extranjeros. Este reconocimiento no solo honraba sus habilidades interpretativas, sino también la icónica relación que, en ese momento, llevaba ya cinco años tejiéndose entre ellos. Sin embargo, según el reciente libro «Erotic Vagrancy: Everything about Richard Burton and Elizabeth Taylor» de Roger Lewis, la imagen glamorosa que proyectaban no era un simple acto de casualidad, sino el resultado de un equipo de apoyo que incluía secretarias, maquilladores, amas de llaves, fotógrafos personales, guardaespaldas, enfermeras, chóferes, mayordomos y hasta personal dedicado a empacar y desempacar maletas. La pareja, al llegar a Taormina, no viajó precisamente con equipaje ligero: transportaron 156 bultos entre los dos.
Este nuevo revelador libro destapa la exuberancia y la opulencia que rodeaban a esta pareja, catalogada de manera perfecta con una sola palabra: exceso. Su vida estaba impregnada de lujos y desmesuras que iban más allá de lo imaginable. Desde sus hábitos de consumo de alcohol hasta sus extravagantes compras de joyería, Elizabeth y Richard vivieron y amaron de manera intensa y sin restricciones. No solo bebían en exceso, sino que también derrochaban en exceso, especialmente en alta joyería que adornaba a Taylor, cortesía de Burton. Diamantes amarillos, perlas históricas y quilates de ensueño eran parte del repertorio de regalos que este extravagante dúo compartía.
Pero el exceso no se limitaba a lo material. En el Hotel Lancaster de París, la pareja ocupó 21 habitaciones y, curiosamente, sus perros eran parte integral de sus extravagancias, siendo llevados incluso a restaurantes y alimentados con un menú propio. Además, reservaban habitaciones en ciudades que nunca visitaban, creando un estilo de vida que iba más allá de lo convencional.
El yate de lujo «Kalizma», con siete camarotes y una armería que contenía metralletas, es otro ejemplo de su estilo de vida opulento. Sus mascotas también tenían su propia embarcación, todo a un costo desorbitado. Conscientes de sus extravagancias, bromeaban abiertamente sobre sus excentricidades, como cuando Burton afirmó: «Yo introduje a Elizabeth en la cerveza, ella me introdujo en Bulgari».
Ahora, el legado de Elizabeth Taylor y Richard Burton se vuelve a poner bajo el reflector, esta vez con Kim Kardashian como productora ejecutiva de un nuevo documental de la BBC titulado «Elizabeth Taylor: Rebel Superstar». La serie de tres partes busca explorar facetas menos conocidas de Taylor, desde sus ocho matrimonios hasta sus contribuciones como empresaria y activista. Kardashian, la última persona en entrevistar a la actriz antes de su fallecimiento en 2011, encabeza este proyecto que pretende arrojar luz sobre la verdadera Elizabeth Taylor.
A pesar de su fallecimiento hace trece años, Elizabeth Taylor continúa siendo una figura en la cultura popular. Desde colecciones de joyas que celebran su legado hasta noticias sobre romances pasados, la actriz sigue capturando la imaginación del público. Su impacto va más allá de los titulares, ya que sus personajes en películas como «Una mujer marcada», «¿Quién teme a Virginia Woolf?» y «Gata sobre el tejado de zinc» son recordados y reivindicados desde una perspectiva feminista en la era post #MeToo.
El 2024 promete traer de vuelta a Elizabeth Taylor, una vez más, revelando tanto su exceso como sus imperfecciones, y recordándonos la eternidad de su legado en la historia del cine y la cultura pop.