Boris Johnson conocido como el ‘Donald Trump Británico’, es desde la semana pasada el nuevo primer ministro del Reino Unido, electo por la cúpula de su partido para sustituir a Theresa May quien renunció al cargo. Se presagia un periodo de inestabilidad política, ante el discurso populista de Johnson que promete una ‘Nueva era Dorada’ para los Británicos.
Las comparaciones entre ambos mandatarios han sido festejadas por el presidente Trump, quien calificó al Primer ministro Británico como ‘Su hermano menor inteligente’; como si se guiaran por el mismo manual; Boris Johnson también tiene un discurso nacionalista, menosprecia los asuntos internacionales y dice toda clase de mentiras para defender sus posturas políticas. En contraposición a Trump, Boris es culto, con estudios universitarios; se le considera carismático y hasta divertido. Es periodista, político e historiador; ha sido legislador, Alcalde de Londres y ahora Primer Ministro y Líder del Partido Conservador.
Sin embargo, la preocupación de sus opositores es fundada: En 1989 tuvo que disculparse por un editorial en el diario ‘The Spectre’ a su cargo, en que responsabilizó falsamente a fanáticos alcoholizados de Liverpool por la muerte de 96 fanáticos de futbol que los habían aplastado en la llamada ‘La Tragedia de Hillsboroug’; Comparó a las mujeres musulmanas que usan Burka -el atuendo que solo les deja al descubierto los ojos-, como parecidas a buzones o a ladrones de bancos. Ha dicho frases como: “Si votan por los Conservadores sus mujeres tendrán pechos más grandes, o que tendrán más posibilidades de comprarse un BMW”; También le ventilaron enredos amorosos que negó públicamente y le costaron el puesto en 2008. Era acérrimo defensor de la Unión Europea hasta que en 2016 se cambió al bando contrario.
Y es precisamente la salida del Reino Unido de la Unión Europea, conocida como ‘Brexit’ lo que llevó a Johnson a ocupar su nuevo cargo. Ha sido su más aguerrido promotor -aunque se dice que él solo lo hacía para llegar a Primer Ministro-, pero hoy se sacó la ‘rifa del tigre’.
En su discurso de toma de protesta, calificado de soberbio y sobreactuado, prometió que, para el 31 de octubre, El Reino Unido saldrá de la Unión Europea, haya o no acuerdo; la bravuconada de salirse a la fuerza costaría al Reino Unido 100 mil millones de libras, y una crisis económica. Johnson no parece querer negociar sino imponer. Con él, todos los escenarios son tan posibles como inciertos, haciendo pender de un hilo a la tercera potencia económica de Europa, así como a la Unión Europea, lo que sin duda tendrá repercusiones internacionales negativas. Un Primer Ministro caprichoso que puede durar poco tiempo en el cargo, si no pasa la aprueba del Brexit.
Por Cristina Alcayaga