En su habitual rezo del Ángelus este domingo en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, el Papa Francisco manifestó su profunda “preocupación” por la situación crítica que atraviesa Venezuela. En su intervención, el Santo Padre hizo un llamado a la paz y al diálogo en el país sudamericano, instando a todas las partes a “buscar la verdad, a ejercer la moderación, a evitar cualquier tipo de violencia, y a solucionar los conflictos con el diálogo”.
El Papa Francisco confió a Venezuela “a la intercesión de Nuestra Señora de Coromoto, tan amada y venerada por los venezolanos, y a la oración del Beato José Gregorio Hernández, cuya figura nos une a todos”. Estas palabras fueron pronunciadas en un contexto de creciente tensión política y social en Venezuela, agudizada tras las recientes elecciones presidenciales.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela proclamó a Nicolás Maduro como ganador de las elecciones presidenciales del 28 de julio, un resultado que ha sido fuertemente contestado por la oposición, liderada por María Corina Machado. La oposición ha denunciado fraude electoral y ha presentado actas que, según ellos, demuestran que Edmundo González, su candidato, obtuvo más del doble de votos que Maduro.
La controversia electoral ha desatado una ola de enfrentamientos en las calles venezolanas, resultando en numerosos muertos, heridos y detenidos. Ante esta situación, los obispos venezolanos han condenado la violencia “venga de donde venga”, y han instado a las autoridades, especialmente a las fuerzas policiales y militares, a cumplir su misión de garantizar el orden público conforme a la ley y evitar abusos.
La comunidad católica internacional también ha mostrado su solidaridad con Venezuela. En Argentina, el capellán de los migrantes venezolanos de la Arquidiócesis de Buenos Aires, P. Eusebio Hernández Greco, expresó en nombre del arzobispo Jorge García Cuerva, “nuestra solidaridad, nuestro cariño fraterno y nuestra oración por cada uno de ustedes”, animando a los argentinos a acoger con calidez a los venezolanos.
De manera similar, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) convocó una jornada de oración por Venezuela y Colombia, subrayando la importancia de la oración para reforzar los lazos de fraternidad y fomentar soluciones a la crisis social y política. Los obispos colombianos expresaron su esperanza en que Dios ayudará a superar la violencia y la incertidumbre electoral.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) también invitó a los católicos mexicanos a unirse en oración por Venezuela, reiterando su “solidaridad fraterna” con el pueblo venezolano. Los obispos mexicanos hicieron hincapié en la importancia de la democracia y la resolución pacífica de controversias, siempre en búsqueda del bien común.
En una reciente sesión de la Organización de Estados Americanos (OEA), el observador permanente de la Santa Sede, Mons. Juan Antonio Cruz, respaldó las declaraciones de la Conferencia Episcopal Venezolana sobre la vocación democrática del pueblo venezolano, reflejada en su participación masiva y cívica en el proceso electoral.
La crisis prolongada en Venezuela ha desencadenado una masiva crisis migratoria. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), más de 7,7 millones de personas han abandonado Venezuela desde 2015 en busca de protección y una vida mejor, con la mayoría asentándose en países de América Latina y el Caribe.
El llamado del Papa Francisco y la solidaridad de la comunidad católica mundial subrayan la urgencia de encontrar una solución pacífica y duradera para la crisis en Venezuela, poniendo siempre el bienestar de la población por encima de intereses partidistas.