26 C
Cancún
Más
    OpiniónEconomía, supervivencia y calidad de vida en 2020: Un trabajo en la...

    Economía, supervivencia y calidad de vida en 2020: Un trabajo en la cúspide de la pandemia

    Opinión

    El hombre a través del tiempo fue modificando las herramientas y la forma de trabajar, iniciando con sus manos y fuerza, tal como lo define Engels en su obra: El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre, hasta la era digital de la mente, el internet y la inteligencia artificial; Podríamos decir que ha sido un salto impresionante hasta nuestros días, sin embargo, existen otros elementos que ha creado el hombre, los cuales han transformado la forma en la que vivimos todos los días: una es la moneda y otra es la organización mercantil (llamada empresa), la moneda revoluciono el comercio, al tiempo que le dio un valor de cambio al trabajo del hombre y la empresa le dio vida a la persona inmortal, la mas grande creación del hombre, según Noam Chomsky lingüista, filosofo, politólogo y activista vivo.

    Por su parte, la moneda en el ahora ha dado su salto virtual, lo que significa, menores costos de producción del dinero, en cantidad limitada y controlada, ejemplo de esto es China, que lanzó el comunicado a nivel mundial que dejará de utilizar el patrón dólar y sus transacciones serán solo con su moneda virtual. Las crisis financieras ya son un lastre en la economía mundial, los bancos son formas anquilosadas e ineficientes para sostener al sistema Financiero Internacional y su evolución global. Las Fintech muestran poco a poco que la forma de captación y distribución del dinero pueden ser mas eficientes y sobre todo transparentes, pero al mismo tiempo, sin nombre, riesgos que se corren hasta no tener claros los temas fundamentales del uso de la tecnología, sus sesgos y la ciberseguridad, en la intervención de la vida del hombre.

    Del otro extremo está la persona moral y sus múltiples modalidades: uniones, escisiones, fusiones, alianzas, fideicomisos, corporativos, grupos etc; mismos que se convirtieron en los expertos en el manejo del dinero. Los grandes corporativos internacionales propiciadores de la globalización dieron paso a los movimientos económicos, políticos y sociales de la mano de estas empresas globales. Al mismo tiempo, ese control internacional del dinero a través de los corporativos multinacionales, dieron paso a la acumulación de la riqueza, entrando y saliendo de países y concentrándose en otros. De igual forma, la velocidad con la que se daba la movilidad de los capitales exigía una nueva moneda que tuviera la aceleración que tenían estos capitales, los supermercados iniciaron este movimiento con el monedero electrónico que sería considerado como el código fuente inicial del Blockchain. Por lo que podemos concluir, a una era digital: el cerebro, el internet y la inteligencia artificial, son las herramientas del hombre; así como la moneda virtual, las empresas globales y un sistema financiero internacional Fintech deben ser la evolución contundente de nuestra gran creación inmortal. La humanidad entera y su agrupación en sociedad permitió a su vez este proceso global en el cual cada día es mas importante estar conectado con lo distante, con lo infinito; comprender el todo, aunque no sus partes, ser reconocido y validado en el momento. Donde el prospecto es el que decide el futuro de un producto, ya que se convierte en el vocero de una marca que apenas esta conociendo, con la cual su interacción ha sido breve y de contacto limitado.

    Con este escenario llegamos al 2020 y a pesar de lo complejo que era este modelo, se unió una variable más: un virus de alta letalidad (COVID-19) como diría Charles Darwin en el Origen de las especies: “una especie que mejor pudo adaptarse a los cambios de nuestro planeta”, la tormenta perfecta, como dirían algunos de mis colegas cuando AMLO ascendía al poder en México. Nos damos cuenta que las herramientas mencionadas anteriormente existen (el cerebro y el internet), pero no las utilizamos eficientemente, menos productivamente y nula creativamente. El resultado es contundente en la educación, todos los alumnos en países como México, disminuirán su calidad académica o desertarán, no solo por problemas de aprendizaje, sino porque no tienen los medios tecnológicos (velocidad de internet, rapidez, procesamiento de datos en un equipo de cómputo y almacenamiento de datos).

    Entonces nos encontramos en un estado de ‘supervivencia’, en el cual la brecha generacional, la riqueza, la violencia y las políticas públicas se muestran al desnudo, como cuando “la mentira convence a la verdad para que se desnude y naden en el río; la mentira se viste con las ropas de la verdad y esta corre desnuda, a ojos de todos es inmoral”. El ser humano al día de hoy no se divide en clases sociales, se clasifica en diferentes tipos de seres, como lo explica en su libro “21 lecciones del siglo XXI”, Yuval Harari: primero quienes cultivan la mente, el cuerpo y el espíritu; otros quienes viven su animalidad controlados por sus instintos y unos más quienes han sido domesticados. Cada grupo se unirá con sus semejantes, creando ahora una brecha que no será de clases sociales, será de desigualdad de consciencia. Por que hoy en el hacinamiento, en el confinamiento de este encierro, se dan los resultados de una sociedad que se niega a cultivar su mente, por que los 7 pecados digitales* son más atractivos; una sociedad que se rehúsa a cuidar su cuerpo, por qué el negacionismo dio paso a la pérdida del sentido común y el método científico solo es para los científicos, y finalmente, cuidar el espíritu, para que la empresa mas vieja del mundo (la iglesia) pueda ¡perdonármelo todo!. En medio de esta pandemia, estas clasificaciones de seres pueden encontrarse en un mismo techo, conviviendo 24 horas; los problemas psicológicos son de las consecuencias menos brutales, ya que, en abril, se incrementaron 36 feminicidios en comparación con el mes del año anterior, el homicidio infantil y la violencia intrafamiliar han sido motivos para implantar programas de reacción inmediata por parte de los gobiernos. Derivado del aislamiento, Netflix rompió récord en sus ventas y logró incrementar en un 30% sus utilidades, corporativos como Walmart y las tiendas de conveniencia dispararon sus ventas, por las compras de pánico. En el exterior, las consecuencias son del mismo calibre: con un Sistema Sanitario con hospitales colapsados, personal médico en pánico, con síndrome de Burnout, escasos equipos y medicamentos para atender lo desconocido, pero muy conocido el resultado de la muerte. Otro sistema en congestión es el de seguridad pública, que está en iguales o peores condiciones, exponiendo sus debilidades cada día que pasa. También podemos encontrar al ciudadano que debe salir a buscar sustento y el que debe exponerse para que vivan las familias, ya que dependemos de esos servicios: bancos, supermercados, farmacias, etc. Ellos son quienes sufren de la intolerancia, agresión y falta de juicio de los que están en confinamiento y solo salen por esas “actividades esenciales”.

    La humanidad tomó un avión de salida donde ahora no tiene forma de aterrizar, nos dice Bruno Latour; regresar a nuestro antiguo sistema es imposible, la presión en este momento forzará al sistema y este reaccionará, más no solucionará. Existen elementos muy conocidos y probados por las sociedades o grupos sociales, como tomarse más en serio el papel de la política que provea de estructuras sólidas con planes estructurados, el modelo económico adecuado que fomente la investigación, innovación y desarrollo; y un marco jurídico sólido que emane del espíritu del hombre, para que todos estos elementos en conjunto, brinden calidad de vida a los seres que están dispuestos a vivir en este planeta. La palabra calidad, tiene intrínseco el elemento “estilo de vida”, tan invocado en los últimos días, sin embargo, la mejor calidad de vida o vivir mejor, se está estudiando ampliamente por instituciones como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) o la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En 2011 la OCDE presento la culminación de su “Iniciativa para una vida Mejor”, en este se muestra: Tu Índice para una Vida Mejor, el cual se creó para permitir visualizar y comparar los 11 factores clave que contribuyen al bienestar en los países de la OCDE: vivienda, ingresos, empleo, comunidad, educación, medio ambiente, compromiso cívico, salud, satisfacción, seguridad y balance de vida, y trabajo. La ONU, en su Informe sobre desarrollo humano de 2018, estudió que se realiza anualmente donde analiza a 189 países, teniendo en cuenta los indicadores de desarrollo humano: salud, educación, ingresos económicos y proyección a largo plazo. Para este estudio, los países que consiguieron una mejor puntuación en el ranking son: Noruega, Suiza, Australia, Irlanda y Alemania. Les siguen en el ‘top’ 10: Islandia, Hong Kong (China), Suecia, Singapur y Países Bajos.

    Este trabajo muestra los elementos que no debemos negar en este momento: Una economía globalizada con estructuras financieras digitalizadas, herramientas de trabajo virtuales y empresas de personalidad inmortal, con seres clasificados por su evolución de consciencia; tendrán que dar paso a un modelo económico de calidad de vida diferente. En este nuevo modelo, es urgente visualizar al mundo con todas sus especies y para el hombre, es inminente priorizar la resolución de problemas desde la base de las necesidades fisiológicas (comer, dormir, defecar y fornicar) que nos muestra la pirámide de Maslow; contemplando cada una de las variables, incluyendo la actualización de normas y leyes acorde a nuestra realidad, entornos políticos de colaboración, co-creación y gestión con otros grupos sociales, tales como: universidades, empresas, organizaciones civiles y gobiernos. Este modelo debe ser digno de nuestro mundo digital, qué para nada complicado, resultará, por que se cuenta con las herramientas del mismo nivel, la mente, el internet, la inteligencia artificial y el aprendizaje profundo (Machine & Deep learning).

    Recientes