La Embajada de Cuba en Washington sufrió un ataque con dos cócteles Molotov el domingo por la noche, según informó el ministro de Relaciones Exteriores del régimen, Bruno Rodríguez, quien destacó que en el incidente no hubo heridos.
Rodríguez señaló que los grupos contrarios a Cuba recurren al terrorismo cuando se sienten impunes, algo que Cuba ha advertido repetidamente a las autoridades estadounidenses. La embajadora cubana en Estados Unidos, Lianys Torres Rivera, comunicó que después del «ataque terrorista», la embajada se puso en contacto de inmediato con las autoridades estadounidenses, que pudieron acceder a la embajada para examinar los cócteles Molotov.
El régimen cubano calificó el ataque como una «acción terrorista» y advirtió al gobierno de Estados Unidos sobre posibles amenazas similares contra la embajada cubana y otras misiones diplomáticas en Washington DC. Rodríguez mencionó que este fue el segundo ataque violento contra la embajada cubana en Washington, ya que en abril de 2020 un hombre disparó contra el edificio con un rifle.
El gobierno de Joe Biden condenó el ataque con cócteles Molotov y lo consideró «inaceptable». El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, aseguró que están en contacto con funcionarios cubanos de la embajada de acuerdo con la Convención de Viena y que se comprometen a garantizar la seguridad de las instituciones diplomáticas y sus empleados. También mencionó que están colaborando con la Policía Metropolitana de Washington D.C. para obtener más detalles sobre el incidente.
El gobierno de México, que tiene vínculos cercanos con la dictadura cubana, expresó su compromiso en la lucha contra la violencia y pidió una investigación exhaustiva para llevar a los responsables ante la justicia.
El ataque ocurrió poco después de que el dictador cubano, Miguel Díaz-Canel, regresara a Cuba tras asistir a eventos en la sede de la ONU en Nueva York. En Nueva York, hubo manifestaciones de cubanos residentes en Estados Unidos en contra de la presencia de Díaz-Canel en la Asamblea de la ONU.
A principios de este mes, funcionarios estadounidenses y cubanos tuvieron conversaciones de alto nivel en Washington, lo que indica que las relaciones entre ambos países continúan siendo un tema importante.
Las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos se reabrieron en 2015, después de más de cinco décadas de interrupción. Sin embargo, durante el gobierno de Donald Trump, las relaciones se deterioraron, aunque las embajadas no fueron cerradas. El presidente actual, Joe Biden, mantuvo muchas de las medidas de endurecimiento de sanciones de su predecesor, como la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo. Cuba sigue preocupada por permanecer en esa lista y por la continuación del embargo económico de la Guerra Fría por parte del gobierno de Biden.