Myrtle Cartwright, una mujer de 76 años que sufre de discapacidad, miró su casa en la isla de Gran Bahama que se había quedado sin la mitad del techo y, ante la posibilidad de tener que pasar varios meses sin electricidad, decidió que tenía que irse.
Cartwright tuvo suerte: el viernes abordó el crucero Grand Celebration de Bahamas Paradise Cruise Line junto a otros 1200 sobrevivientes del huracán Dorian y se marchó a Palm Beach, Florida. Allá la alojaron en una cabaña con facilidades para discapacitados.
«Incluso tuve un asistente médico que vino a ver si estaba bien, porque tengo hipertensión», dijo Cartwright. «Alguien sufrió un ataque de corazón en el barco y un helicóptero lo trasladó a las 12 de la noche al hospital. Si eso hubiera pasado en Freeport, no lo habrían logrado».
La semana pasada, el Grand Celebration fue el primer barco que atracó en el puerto de Gran Bahama y llegó repleto de médicos y enfermeras. Bahamas Paradise solo navega hacia las Bahamas, por lo que los directivos de la compañía decidieron que, en vez de paralizar sus barcos y esperar tiempos mejores, lanzarían una misión de ayuda humanitaria para socorrer a miles de personas que tuvieron que abandonar sus hogares ante la escasez de alimentos y servicios básicos como el agua corriente.
Bahamas Paradise se unió a Royal Caribbean, Disney, Norwegian y Carnival y otras compañías de cruceros para proporcionar una de las respuestas corporativas más sólidas al huracán Dorian, que azotó a las Bahamas como una tormenta de categoría 5 ocasionando la muerte de al menos a 50 personas y destruyendo miles de hogares en Gran Bahama y las islas Ábaco.
Las empresas de cruceros han tenido una relación conflictiva con las Bahamas
Es una estrategia notable porque durante mucho tiempo las empresas de cruceros han tenido una relación conflictiva con las Bahamas, donde las organizaciones activistas han realizado múltiples protestas por el impacto que la actividad turística tiene en las islas y su legado ambiental. Ahora, Royal Caribbean está sirviendo 20.000 comidas al día y ayuda a trasladar personas de Gran Bahama a Nassau; además, Carnival está invirtiendo un millón de dólares en suministros médicos. Sin embargo, algunos críticos de la industria sostienen que esas compañías deberían hacer mucho más para ayudar a un país que cada año les aporta miles de millones de dólares.
Casi cinco millones de pasajeros de cruceros visitaron las Bahamas el año pasado, y cada uno gastó alrededor de 90 dólares mientras estuvo en tierra firme.
Hasta ahora, solo Bahamas Paradise y Royal Caribbean han usado sus barcos para transportar personas hacia lugares más seguros. Baleària, una compañía española que opera en Bimini y Gran Bahama, fue muy criticada en las redes sociales porque le hizo un recargo a los pasajeros debido a la tormenta y obligó a que 119 personas desembarcaran cuando las autoridades migratorias dijeron que necesitaban visas para ingresar a los Estados Unidos.