El pasado domingo, se cerraron las urnas en El Salvador, marcando el final de las elecciones presidenciales y el comienzo del conteo de votos. Nayib Bukele, actual presidente de El Salvador con licencia para postularse en las elecciones, destacó la importancia de la participación ciudadana al recordar que las urnas cerraban a las 5 p.m. Sin embargo, subrayó que aquellos que se encontraran en la fila antes de ese horario aún podrían ejercer su derecho al voto.
Bukele, conocido por su enfoque contundente contra la delincuencia, aprovechó los momentos previos al cierre de las urnas para reafirmar la necesidad de sus políticas agresivas. Enfrentándose a críticas, defendió su ofensiva contra la criminalidad, la cual ha sido ampliamente discutida y cuestionada.
El candidato presidencial, quien dejó la presidencia bajo licencia para concentrarse en su campaña de reelección, argumentó que sus medidas draconianas eran esenciales para reducir drásticamente los índices de delincuencia en El Salvador. A pesar de las preocupaciones sobre posibles abusos contra los derechos humanos, como detenciones masivas de personas inocentes y condiciones inhumanas para los reclusos, Bukele afirmó que estas acciones eran fundamentales para «garantizar» la lucha contra las pandillas.
Reconoce errores en la lucha contra la delincuencia
«¿Cometió nuestra Policía un par de errores? Por supuesto que sí», admitió Bukele, reconociendo los errores cometidos durante su ofensiva. No obstante, insistió en que el sistema judicial salvadoreño había logrado la liberación de miles de personas detenidas injustamente.
Bukele fundamentó su política antidelincuencia como un procedimiento quirúrgico necesario para extirpar el «cáncer» de las pandillas que, según él, afectaba al 85% del territorio salvadoreño. Desestimando las críticas sobre la prohibición constitucional de mandatos presidenciales consecutivos, Bukele se postula para la reelección, respaldado por un fallo del tribunal en septiembre de 2021 que le permitió presentarse nuevamente, con la condición de dejar su cargo seis meses antes de comenzar un nuevo periodo.
Al ser cuestionado sobre la posibilidad de reformas constitucionales para permitir reelecciones indefinidas, Bukele afirmó que dicho cambio no era necesario. El proceso electoral continúa con el conteo de votos, mientras la nación espera los resultados preliminares que definirán el futuro político de El Salvador bajo la sombra de las controvertidas políticas de Bukele.