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    OpiniónCon hambre no hay paz

    Con hambre no hay paz

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    Conocí a Norman Borlaug en 1999 durante la  gira en Quintana Roo que hicimos por la Zona Maya, él, Romárico y yo y otras personalidades, para entregar simbólicamente,  semillas de maíz QPM entre las comunidades agrícolas mayas. Este maíz fue desarrollado en el Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y Trigo de México -CIMMYT – en base a las investigaciones científicas del Dr. Borlaug, por la Dra.  Evangelina Villegas, quien fue la primera mujer galardonada con el Premio Mundial de la Alimentación en el año 2000 por su coparticipación en tal logro.

    El QPM es un maíz de altísimo valor alimenticio que permite compensar algunas deficiencias de la semilla en el medio rural. Asegura el crecimiento sano a niñas y niños y complementa la capacidad para desarrollar sus habilidades humanas ya que  contiene varios nutrientes, que lo hacen mucho más nutritivo que el maíz normal.

    ¿Qué tiene esto de especial? Bueno, pues el día de ayer se conmemoraron los 50 años de que el Dr. Borlaug  recibió el premio Nobel de la paz en el evento convocado por el CIMMYT y el Gobierno de México. El galardón le fue concedido por sus investigaciones y su aplicación en la India para combatir la hambruna con el llamado trigo verde; aunque su nieta Julie Borlaug dijo agradecer a México por qué  sin su reconocimiento el Premio Nobel no hubiera sido posible.

    Pero no se trató únicamente de recordar la valiosa aportación del científico sino de ponderarla como antecedente para abordar los nuevos retos que México y los demás países del mundo  enfrentan ahora ante la que se considera la peor pandemia después del coronavirus. El Hambre, agravada por la crisis mundial actual. En ese contexto especialistas de varias regiones del mundo, hicieron durante el evento,  propuestas que se expondrán en la Cumbre de los Sistemas Alimentarios  encabezado por la ONU a celebrarse en el 2021 cuyo llamado será a mejorar la política alimentaria en cada país .

    Sería increíble qué México se pusiera nuevamente a la vanguardia cómo lo hizo durante las décadas qué el Dr. Borlaug estuvo aquí . Vaya un homenaje a este hombre y a sus inobjetables palabras que desde hace 50 años resuenan: “Solo sin hambre,  se puede lograr la paz”

    Me despido de ustedes  y les recuerdo seguirme en Twitter @Cristinalcayaga

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