Cada día primero de marzo, como lo es hoy, la Organización de las Naciones Unidas, conmemora el Día de Cero Discriminación desde 2014, establecido a raíz de una campaña para erradicarla totalmente, promovida por ONUSIDA, el organismo encargado encabezar la lucha contra el VIH -el virus que ocasiona el SIDA. En septiembre de 2015, los gobiernos miembros acordaron adoptar el Objetivo 16 de la Agenda 20-30 para el Desarrollo Sostenible, que plantea la transformación a Sociedades Inclusivas que fomenten la no discriminación; Sin embargo en más de 130 países, todavía existen leyes que penalizan la exposición, ocultación o transmisión del VIH; estigmatizan al menos un aspecto del trabajo sexual; persiguen a las personas transgénero o les exigen pruebas para obtener certificados de matrimonio; incluso, para que los adolescentes puedan hacerse pruebas se necesita el consentimiento paterno. Por miedo a pasar por estas situaciones, muchas personas evitan hacerse una prueba de detección privándose del acceso al tratamiento y otros servicios de apoyo.
De acuerdo con la Red Mexicana de Organizaciones contra la criminalización del Sida, el “peligro de contagio” es una forma de discriminación que se encuentra en el Código Penal Federal así como en 30 de los 32 Códigos Penales Estatales que castigan hasta con 5 años de prisión, a quien, contagie por transmisión sexual a otra persona. Pero también reportan que sólo en 14 entidades federativas se considera discriminatorio la obligación de presentar pruebas de VIH para la obtención de un empleo; En 19 estados todavía se pide certificado médico con la finalidad de contraer matrimonio y sólo en 12 entidades se considera discriminatorio vulnerar los derechos de las personas que viven con VIH. En los últimos 20 años todo esto ya ha dado lugar a 50 procesos judiciales.
La penalización, según ONUSIDA, NO evita que los grupos vulnerables corran un mayor riesgo de infección; sino que estar sujetos a sanciones y condicionantes, es lo que aumenta dicho riesgo y acentúa su vulnerabilidad; esto estigmatiza a las personas y evita que seamos una sociedad incluyente, justa y respetuosa de los Derechos Humanos. Se amerita una concientización profunda en las autoridades de gobierno que como ciudadanía, podríamos impulsar.
Me despido y les invito a seguirme en Twitter @Cristinalcayaga.