La cuarentena y el aislamiento social nos regalan las siguientes imágenes de un Cancún sin tráfico, sin personas en las calles, solo la naturaleza y tranquilidad.
En un destino turístico que recibe anualmente más de 6 millones de visitantes, una cuarta parte de los 23 millones que llegan a Quintana Roo, luce vacío.
A diferencia de un desastre natural, hoy la oferta del servicio no se ha interrumpido, sino que la demanda está impedida de acudir a los centros vacacionales. A diferencia de los ciclones, la confianza no se reconstruye como las palapas derribadas por el viento o las ventanas rotas por la tormenta.
El gobierno y el sector privado deberá implementar medidas necesarias para recuperar la confianza de los visitantes.