La recuperación del dólar estadounidense frente al peso mexicano se dará hasta principios del próximo año, según el análisis del economista José Manuel Félix. El experto considera que la moneda norteamericana seguirá debilitada por los efectos de la inflación y la escasez de productos que enfrenta la economía de Estados Unidos tras la pandemia de Covid-19.
Félix estima que el tipo de cambio cerrará el 2023 en un rango de 18.10 a 18.30 pesos por dólar, lo que representa una depreciación de alrededor del 2% respecto al nivel actual. El economista atribuye esta tendencia a la falta de dinamismo de la actividad productiva estadounidense, que se ha visto afectada por el aumento de los precios de los bienes y servicios, así como por las dificultades para importar insumos y productos de otros países.
El especialista señala que el gobierno de Estados Unidos tendrá que implementar medidas de apoyo y estímulo a los empresarios para reactivar la economía y fortalecer el valor de su moneda. Entre estas medidas, menciona la inyección de más recursos a los sectores productivos, la concesión de incentivos fiscales y la negociación con los países proveedores de los artículos más demandados por los consumidores estadounidenses.
Félix prevé que estas acciones se intensifiquen a partir de enero o febrero de 2024, con miras a las elecciones legislativas que se celebrarán en noviembre de ese año. El economista espera que estas medidas logren revertir la pérdida de fuerza del dólar y propicien una recuperación gradual de la economía estadounidense, que se traduzca en un mayor crecimiento y competitividad.
¿Cómo afecta la inflación a la economía de Estados Unidos?
La inflación es el aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y servicios en una economía. La inflación afecta a la economía de Estados Unidos de varias formas, tanto positivas como negativas. Algunos de los efectos de la inflación son:
- Estímulo al crecimiento económico: La inflación puede incentivar el consumo y la inversión, ya que los agentes económicos anticipan que los precios subirán en el futuro y prefieren gastar o invertir hoy. Esto puede generar un aumento de la demanda agregada y del producto interno bruto (PIB) de Estados Unidos1.
- Erosión del poder adquisitivo: La inflación reduce el valor real del dinero y de los ingresos de los consumidores, lo que disminuye su capacidad de compra. Esto puede afectar negativamente al bienestar de los hogares, especialmente de los más pobres, que destinan una mayor proporción de sus ingresos a bienes básicos como alimentos y energía, cuyos precios han aumentado con fuerza en Estados Unidos.
- Aumento de los costos de producción: La inflación incrementa los costos de los insumos y de los salarios de los trabajadores, lo que reduce los márgenes de beneficio de las empresas. Esto puede provocar una disminución de la oferta agregada y de la competitividad de la economía estadounidense, así como un traslado de los costos a los precios finales, lo que genera más inflación3.
- Alteración de las expectativas: La inflación puede generar incertidumbre y desconfianza en los agentes económicos, que pueden modificar sus planes de consumo, inversión y ahorro. Esto puede afectar a la estabilidad económica y financiera de Estados Unidos, así como a la credibilidad de la política monetaria de la Reserva Federal (Fed), el banco central encargado de controlar la inflación.
La inflación en Estados Unidos ha alcanzado en enero de 2022 el nivel más alto en 40 años, con un 7,5% interanual. Esto se debe principalmente a los efectos de la pandemia de Covid-19, que ha provocado una fuerte caída de la oferta y un repunte de la demanda, así como a factores externos como el aumento de los precios del petróleo y de las materias primas. La Fed ha anunciado que subirá las tasas de interés para contener la inflación, lo que podría desacelerar el crecimiento económico y aumentar el desempleo en Estados Unidos.