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    Amor cibernético

    Opinión

    Muchas cosas han cambiado debido a la pandemia que nos tomó por sorpresa a todos, incluso al amor… Esos romances interrumpidos, esas relaciones rotas arregladas, esas relaciones “funcionales” sepultadas, esos amores que nacieron de la compañía a la distancia, y esa ola de stickers que detonó la comunicación cibernética como única forma de plasmar lo que está depositado en el fondo del alma y el corazón, son muestra clara de que lo único que existe, aunque mute, es el amor.

    Hasta Cupido ha de estar confundido por tanto mensaje que va y viene, sumando en unos meses hasta 20,000 mensajes por pareja que acumulan un promedio de 100,000 palabras considerando 5 palabras por mensaje. Los chats deben estar en niveles de saturación impresionante y si pudiéramos medir la cantidad de bits que viajan por las redes creo que nos faltarían ceros para poderlos contar.

    ¿Por qué pasa eso? Pues porque con los cambios, vienen las crisis, con las crisis las emociones y sentimientos afloran, y con ellos se abren oportunidades que antes no veíamos o no nos atrevíamos a detectar. Estas emociones, esos corazones, esos latidos apagados, esos latidos que comienzan a surgir, se potencializan ante la posibilidad de estar más cerca que nunca de una enfermedad o la misma muerte, que nos apague esta experiencia para siempre jamás.

    Así, millones de personas han replanteado su estatus del corazón, han cerrado o abierto puertas según el caso, y lo que no era sólido ha salido volando por la ventana tras el coronavirus que nos hizo a todos poner los pies en la tierra, calibrar y replantear.

    Los mucho que se ha movido en el interior, se manifiesta en el exterior a través de chats, memes, stickers, bromas, risas, monstruos, etiquetados en redes, fotos del recuerdo, y también en algunos casos, con mensajes íntimos y fotos comprometedoras que quedan como única manifestación de amor ante el encierro y la imposibilidad de estrechar entre los brazos a la persona distante que hoy nos es separada a fuerzas por precaución y miedo al contagio.

    En todas edades, en todos niveles socioeconómicos, en todo tipo de status, en todo tipo de personas, el amor romántico es predominante; incluso, los psicólogos post segunda guerra mundial, afirman que muchas de las historias no sólo incluían el maltrato de los campos de concentración o las hostilidades de la guerra, sino que marcaban el abandono emocional, el enamoramiento de otro prisionero o guardia y las ilusiones por una persona que los mantuvo con vida. Así es el amor de importante, ese amor que Leo Buscaglia en su gran libro “LOVE” describe como:

    • El amor es vida. Y si echas de menos el amor, echas de menos la vida.
    • Una sola rosa puede ser mi jardín; un solo amigo mi mundo.
    • El amor que hemos dado lo tendremos para siempre. El amor que no demos será para toda la eternidad.
    • El tiempo no tiene significado en sí mismo a menos que elijamos darle significado.
    • Creo realmente que lo opuesto al amor no es el odio, es la apatía. Es cuando algo no le importa un comino.

    Con estas descripciones que seguramente tendrán sus memes en redes para compartir, puedo concluir que este 2020 ha sido vital para Cupido, quien con su flecha ha dado en el clanco de millones de corazones, tiernos o maduros, vivaces o reservados, cuidados o avertureros, que se rehúsan a dejar ese corazón vacío el día en que deban partir.
    Si lo único que nos llevaremos es el amor, ¿por qué no amar? Es tiempo. Es ahora. Es magia. Es realidad. Y concluyo este artículo con la frase del mismo autor de “Love” que nos da una indicación de vida magistral, que considero vale la pena seguir:

    “La preocupación nunca le quita al mañana su dolor, solo se aprovecha de tu alegría de hoy”. – Leo Buscaglia
    Tú, ¿qué piensas? Te leemos, @trixiavalle en todas las
    redes sociales.

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