El PRI estaba arrinconado. Derrotado. Arrojado al basurero de la corrupta historia de México tras el sexenio de Peña Nieto. Desprestigiado hasta el tuétano. Reducido a un lejano tercer lugar en la elección de 2018. Sobreviviendo en 2021 gracias a la alianza opositora. Perdiendo gubernaturas a paso veloz. Y encima, profundamente dividido.
Pero el debate por la contra-reforma eléctrica lo ha puesto en su papel favorito: la bisagra. Tanto el presidente López Obrador como el PAN quieren los votos del PRI en el Congreso. Y ese escenario, es el favorito del partido tricolor.
Siendo el fiel de la balanza entre los polos, el PRI ha salido de sus peores crisis históricas: tras perder una elección federal por primera vez en su historia en el año 2000, logró recomponerse y reconquistar la Presidencia en 2012 gracias a que jugó justo el papel de bisagra entre el PAN del entonces presidente Calderón y el PRD de López Obrador. Su posición de “fiel de la balanza”, operada en el Senado por Manlio Fabio Beltrones que acumuló un poder casi vicepresidencial, permitió al PRI encarecer sus votos en el Congreso y acumular una nada despreciable cantidad de recursos que potenciaron su victoria electoral de la mano de Enrique Peña. El PRI fue tercer lugar en 2006 -debajo de Calderón y AMLO- pero ganó con cómoda ventaja seis años después.
¿Se está repitiendo la historia? Eso han de pensar en la cúpula priista. Por eso se ven tan sonrientes en las fotos el dirigente nacional, Alejandro “Alito” Moreno, y su coordinador de bancada en la Cámara de Diputados, Rubén Moreira. Porque la discusión de la contra-reforma eléctrica los ha puesto de nuevo como la fruta más deseada: el presidente coquetea invitándolos a mirar la historia y ponerse del lado del general Lázaro Cárdenas, no del lado de Carlos Salinas, y votar con Morena la iniciativa; el PAN les advierte que si no votan con ellos, se rompe la alianza opositora que les dio tanto en la elección de junio pasado.
Inmejorable escenario para el PRI. Lo echaron al agua en la que se mueve como pez. Por eso el dirigente nacional sonríe irónico y pregunta: “¿cuál es la prisa?”. Para el PRI, ninguna. Cada minuto que pasa, sus votos se encarecen. Y si hay algo que sabe hacer el PRI es vender caro su amor en una negociación política.
Tendrán que medir bien sus riesgos porque detrás de las palabras del presidente hay una velada extorsión para priistas con cola que les pisen, y detrás del amago del PAN está la posibilidad de irse solos electoralmente lo que, a juzgar por los números de las encuestas, los puede echar todavía más abajo del tercer lugar.
Querían impunidad para Pío… y perdieron la votación 6-1. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación analizó el caso de los videos del Pío López Obrador. Le tocó estudiar el asunto al abyecto “magistrado billetes”, José Luis Vargas. En una cuenta más de su largo rosario de abyecciones al presidente al que está sometido, propuso desechar el asunto y tender sobre Pío un manto de impunidad. Sus colegas magistrados lo desecharon, pero a él: “billetes” perdió la votación 6-1. Así que el Tribunal ordenó que se investigue el caso de Pío. No perdamos de vista que es el hermano del presidente en turno recibiendo dinero en efectivo clandestinamente mientras dice que es para la campaña de su querido Andrés Manuel. En otro país, esto hubiera sido una crisis inhabilitante. Aquí, vamos apenas en la votación de si debe investigarse.