El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el líder republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, han alcanzado un consenso para elevar el techo de la deuda pública estadounidense. Esta medida es necesaria para evitar una posible falta de pago del país y se espera que el Congreso vote para incrementar el límite máximo autorizado de la deuda pública.
Los republicanos han exigido recortes significativos en el gasto público y requisitos laborales para los programas de asistencia sanitaria y ayuda.
Después de un prolongado período de inacción y falta de negociaciones, el Presidente y su interlocutor han logrado un principio de acuerdo, como señaló el congresista Kevin McCarthy en un tuit. Aunque los detalles específicos del acuerdo no se han revelado en el mensaje, se destaca que se considera un acuerdo que refleja las necesidades e intereses del pueblo estadounidense.
En el ámbito económico, se observan movimientos en Wall Street mientras los inversores desarrollan estrategias para hacer frente a posibles situaciones de impago. Esto se debe a la discusión en curso sobre la limitación del gasto federal y la posibilidad de reducir una parte de los 80 mil millones de dólares destinados a la modernización tecnológica del Servicio de Impuestos Internos (IRS), como se informó previamente.
Tanto el Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca (CEA) como las agencias calificadoras de deuda han realizado análisis que coinciden en que un impago tendría un impacto severo. Estos informes resaltan la importancia de evitar tal escenario, ya que podría tener consecuencias significativas en la economía y los mercados financieros.
En este contexto, los inversionistas están tomando medidas para aumentar la probabilidad de poder seguir negociando todos los bonos del Tesoro, incluso aquellos con pagos de intereses o capital vencidos, en caso de un posible impago. Estas acciones reflejan la incertidumbre y la necesidad de proteger los intereses financieros en medio de un entorno volátil.
A medida que continúan las discusiones y se toman decisiones sobre el gasto federal y el futuro de los fondos destinados a la modernización del IRS, los actores involucrados seguirán evaluando los riesgos y buscando soluciones que eviten un escenario de impago y sus graves repercusiones económicas.